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Encuentros Diarios
Enero 07, 2021
Cuando el ayudante necesita ayuda
"En cambio, el recaudador de impuestos, que se había quedado a cierta distancia, ni siquiera se atrevía a alzar la vista al cielo, sino que se golpeaba el pecho y decía: '¡Oh Dios, ten compasión de mí, que soy pecador!'"1
King Duncan narra la historia del gerente de un edificio de oficinas de diez pisos de altura quien fue informado acerca de un hombre estaba atrapado en un ascensor entre los pisos segundo y tercero del edificio. El administrador se acerco a la parrilla bajo el elevador dañado y le dijo al hombre, "Manténgase tranquilo; le sacaremos muy pronto. Le hemos llamado al mecánico del edificio."
Hubo una pequeña pausa y una voz tensa replicó, "Yo soy el mecánico del edificio."2
Muchos de nosotros, aun cuando estamos en problemas, encontramos muy difícil el decir "Tengo un problema. Necesito ayuda." Como resultado, pagamos un alto precio por nuestra obstinada independencia.
Cuando se trata de nuestro bienestar espiritual y la vida más allá de la tumba, muchas personas, si no es que la mayoría, piensan que al hacer suficientes cosas buenas para compensar las cosas malas que han cometido, esto les calificará para entrar en cielo de Dios. En otras palabras, queremos salvarnos a nosotros mismos, lo cual es similar a un hombre que se está ahogando y trata de salvarse a sí mismo.
Vance Havner solía decir que el mundo estaba destinado a desaparecer. Es un barco que se hunde. La meta de Dios no es la de salvar al mundo, sino salvar a los pecadores perdidos de un barco que se está hundiendo en un océano de pecado y degradación. Sólo aquellos que admiten que son pecadores perdidos y piden a gritos que Dios les salve podrán salvarse para toda la eternidad.
Simplemente no podemos salvarnos a nosotros mismos. Es por esto que Jesús vino a morir en la Cruz en nuestro lugar — para pagar la pena por todos nuestros pecados, y fuéramos libremente perdonados y así recibir el regalo de Dios de la vida eterna. La oración que a Dios le gusta escuchar es, "¡Dios, ten compasión de mí, que soy pecador!"
Se sugiere la siguiente oración: "Querido Dios, reconozco que soy un pecador y que no me puedo salvar a mí mismo. Creo que Jesús es el hijo de Dios y que murió en la Cruz por mis pecados. Ten piedad de mí y sálvame. Gracias por escuchar y responder a mi oración. Con gratitud, en el nombre de Jesús, amén."
Por más ayuda lean; "Cómo saber que es Cristiano autentico" en: http://www.actsweb.org/sp/conocer_a_dios1.php.)
1. Lucas 18:13.
2. King Duncan http://www.sermons.com/.
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