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Encuentros Diarios
Septiembre 07, 2017
Relaciones sanas contra relaciones anestesiadas
"A este Cristo proclamamos, aconsejando y enseñando con toda sabiduría a todos los seres humanos, para presentarlos a todos perfectos en él. Con este fin trabajo y lucho fortalecido por el poder de Cristo que obra en mí."1
Por años he trabajado y enseñado en el área del "Divorcio y recuperación de la perdida." Con los divorciados hacemos hincapié en la importancia de no entrar en otra relación muy seria demasiado pronto; es decir, no sin antes resolver el dolor y la pérdida causada por el divorcio — y aún más importante, no sin antes enfrentar y resolver los problemas del carácter que les llevaron a sentirse atraídos a la persona con quien se casaron y de quien ahora se han separado.
Una y otra vez he visto como los divorciados ignoran este consejo, y antes de que pase mucho tiempo ellos están pasando por un segundo o tercer divorcio. Lo mismo les puede pasar a los viudos o viudas que se vuelven a casar muy pronto.
Es verdad, no hay nada como el romance para anestesiar el dolor causado por la pérdida de un amor y como una droga, nos ciega a la realidad. Las personas que utilizan el romance y/o el sexo para evitar enfrentarse a la realidad y mitigar su dolor, no pueden ver que mientras que el romance puede llevar al amor, el romance por sí mismo no es amor. Tampoco lo es el sexo. El romance se puede iniciar por una atracción física o sexual, por una gran necesidad, o por el impulso magnético de nuestras neuronas (problemas sin resolver de la persona).
El hecho es que estamos tan enfermos (o sanos) como las personas (especialmente en las relaciones románticas) a quienes nos sentimos atraídos. Necesitamos comprender que estamos destinados a repetir aquello que no solucionamos. Por ejemplo es muy probable que una persona muy dependiente se sienta atraída a una persona codependiente y viceversa. Una persona débil y pasiva se sentirá atraída a una persona dominante y controladora y viceversa. Es muy probable que una mujer que ha tenido una mala relación con su padre se siente atraída a un hombre como su padre — y se relacione con él en la misma forma en la que lo hizo con su padre. O un hombre que tuvo una mala relación con su madre se sienta atraído a una mujer como su madre y de nuevo repita una mala relación.
Y los divorciados que no resuelven sus problemas personales con toda probabilidad serán atraídos al mismo tipo de persona de quién se acaban de divorciar. La realidad es que, antes de poder tener relaciones sanas, necesitamos ser sanos nosotros mismos porque solo las personas sanas y maduras encuentran y tienes relaciones sanas y maduras.
Y madurez es lo que la palabra de Dios (como se ve en las escrituras de hoy) nos alienta a tener a cada uno de nosotros.
Por otra parte, nosotros recomendamos altamente que todas las parejas, ya sea que hayan estado casadas anteriormente o no, tengan un profundo asesoramiento prenupcial antes del matrimonio para garantizar que sean la persona apropiada para su pareja, ya que los sentimientos van y vienen y suben y bajan como un yo-yo.
Se sugiere la siguiente oración: "Querido Dios, ayúdame a ver las causas dentro de mí que contribuyen al fracaso de mis relaciones, y a encontrar la ayuda que necesito para resolver estos problemas para así alcanzar no solo la madurez en mi relacion con Jesucristo, así como también en mis relaciones con los demás. Gracias por escuchar y responder a mi oración. Con gratitud, en el nombre de Jesús, amén."
Nota: En los siguientes tres Encuentros Diarios hablaremos sobre las características claves de la madures.
1. Colosenses 1:28-29 (NLT)
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