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Encuentros Diarios
Agosto 29, 2022
Un caracter de madurez — Primera parte
Si alguien me preguntara, "¿Cómo puede saber si una persona es madura?" Responderé diciendo: "si una persona constantemente actúa de una manera madura, entonces él es una persona madura. Sin embargo, si por otro lado continuamente actúa de una manera inmadura, usted puede estar seguro que él es una persona inmadura." Como lo dijo Aristóteles, "Nosotros somos lo que hacemos constantemente."
Mientras que ninguno de nosotros es perfecto o totalmente maduro, si conocemos las características de la madurez, podremos trabajar en aquellas áreas para crecer en madurez. Mientras que hay muchas características, las siguientes estarían con toda certeza entre las primeras cinco:
Madurez emocional. Mientras que la madurez espiritual se refleja en la calidad de nuestra relación con Dios, la madurez emocional se refleja en la calidad de nuestras relaciones con la gente. Van de la mano. Como lo dicen las palabras de Dios, "si alguien dice, yo amo a Dios, pero odia a su hermano, él es un mentiroso; pues el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede amar a Dios, a quien no visto."1 Pues, en realidad, estoy más cerca de Dios que de la gente.
Sin un nivel razonable de madurez emocional, es prácticamente imposible tener relaciones interpersonales saludables. Inmadurez es sin duda una de las principales causas del deterioro en las relaciones y los fracasos en el matrimonio. Madurez emocional significa que tendremos un concepto saludable de nosotros mismos—no pensamos que somos mejor o peor que los demás. Esto incluirá un sano sentido de aceptación y de autoestima, que también determinará qué tan bien estamos en muchos otros ámbitos de la vida. Si no me acepto a mi mismo de una manera sana, será extremadamente difícil aceptar a otros en una manera saludable. Esto es debido a que los problemas que rechazo en mí mismo, automáticamente los rechazo en los demás.
La madurez emocional también implica estar en contacto con todas las emociones que Dios nos ha dado y que estas estén bien integradas en todos los ámbitos de la vida. A menos que uno esté conectado a si mismo internamente (a sus emociones y motivaciones), las comunicaciones efectivas y las relaciones íntimas son imposibles. También requiere que, de ser posible, resolvamos los problemas de las relaciones del pasado, y que perdonemos a todos aquellos que nos han lastimado, y que todas las emociones negativas que hemos sobrealimentado y reprimido en experiencias previas se resuelvan.
Responsabilidad personal. Otra característica esencial de la madurez es la de actuar de forma responsable y adecuada en todas las situaciones—sin exagerar ni mermar. Las personas dramatizan cuando cuestiones dolorosas del pasado que no han sido resueltas se activan y ellos tienden a reaccionar como si estuviesen respondiendo a las heridas originales. Las personas parecen no reaccionar cuando prefieren retirarse en vez de tratar un tema que necesita ser confrontado y resuelto. Algunos excusan este comportamiento diciendo que son cristianos y no quieren herir los sentimientos de alguien más. Por el contrario, básicamente esto es ser débil, temeroso o inseguro—sin mencionar el ser deshonesto.
Como John Powell lo dijo tan elocuentemente, "defendemos nuestra falta de honestidad argumentando que podríamos lastimar a otra persona y entonces, habiendo racionalizado nuestra falsedad en nobleza, nos conformamos con relaciones superficiales."
Es cierto, "pude haber sido una víctima en el pasado, pero si permanezco siendo una víctima, ahora soy un voluntario dispuesto." Actuar con madurez significa que ahora acepto la responsabilidad personal para cada área de mi vida. Esto significa que me niego a jugar el juego de la culpa. El culpar constantemente a alguien más por las dificultades que tengo me causará una CULPA—emocional. Cuando he trabajado con personas divorciadas, he encontrado que muchos culpan principalmente a su antigua pareja por la ruptura de su relación. No pueden ver que, también ellos contribuyeron al conflicto, ya sea por ser demasiado débiles, demasiado pasivos, muy codependientes, demasiado independientes, demasiado necesitados, temerosos de acercarse a alguien, o en cualquier cantidad de otras formas.
La realidad es que a menos que actuemos de manera responsable y admitamos, afrontemos y resolvamos nuestros problemas personales, estamos destinados a repetir los fracasos del pasado. Se trata ya sea de resolver o de repetir.
Se sugiere la siguiente oración: "Querido Dios, gracias porque me amas y aceptas como soy, pero también por amarme demasiado para dejarme como estoy. Por favor, ayúdame a ver cada área de inmadurez en mi vida y, con tu ayuda, resolver y superar estos problemas. Gracias por escuchar y responder a mi oración. Con gratitude, en el nombre de Jesús, amén."
1. 1 Juan 4:20 (NVI).
El Encuentro de hoy fue escrito por: Richard Innes.
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