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Noviembre 21, 2017

El poder sanador de las manos

"Empezaron a llevarle niños a Jesús para que los tocara, pero los discípulos reprendían a quienes los llevaban. Cuando Jesús se dio cuenta, se indignó y les dijo: Dejen que los niños vengan a mí, y no se lo impidan, porque el reino de Dios es de quienes son como ellos. Y después de abrazarlos, los bendecía poniendo las manos sobre ellos."1

Una lectora del Encuentro Diario a quien llamaré Linda escribió: "como una soltera sobreviviente del incesto y siendo cristiana, me preguntaba si podrían abordar el tema de 'falta de caricias' en un devocional próximo. Me parece que, aunque he tenido asesoría y he tenido un enorme crecimiento y curación, sigo luchando desesperadamente cada día con la falta de caricias/contacto. Le he estado pidiendo al Señor durante muchos años por alguien que me ame, para poder experimentar la proximidad, una caricia y la compañía de otra persona. ¿Sería posible tratar este tema?"

Muchos artículos tanto personales como científicos, todos atestiguan sobre el poder curativo del tacto. Los niños que carecen de suficiente contacto amoroso a menudo crecen siendo hasta cierto punto algo fríos y distantes al relacionarse con otras personas. Otros niños que sufrieron maltrato físico o sexual también pueden tener dificultades emocionales y relacionales en la edad adulta. Mientras que están hambrientos de caricias, estas caricias puede reactivar los recuerdos de dolorosas experiencias del pasado y revivir todas esas emociones negativas asociadas con esas experiencias.

Aun de adultos tenemos una necesidad del poder curativo del tacto. Si no satisfacemos esta necesidad de manera saludable, nos podemos enfermar físicamente, estar hambrientos emocionalmente, y/o intentar llenar esa necesidad de contacto en formas insalubres tal como con las actividades sexuales perjudiciales que sólo le agregan a la privación emocional y el sentimiento de soledad.

Por lo tanto, ¿cómo hace la gente como Linda—que es sólo una de los miles de personas en este predicamento—para llenar su necesidad de contacto?

Primero, las personas que han sido lastimadas por el tacto nocivo necesitan entrar en un programa efectivo de recuperación/terapia para superar el miedo al contacto y resolver los dolorosos recuerdos y emociones que se reactivan al tacto.

En segundo lugar, en lugar de orar por una persona a quien amar, pida a Dios que le lleve a un  programa de recuperación donde usted pueda sanar, porque sólo las personas sanas pueden encontrar un amor sano. 

En tercer lugar, una forma muy efectiva para satisfacer la necesidad de contacto en una forma saludable es a través de un masaje sano por un masajista registrado. Esto se aplica a hombres y mujeres. Un masaje de media hora puede reducir el estrés, ayudar al sistema inmunitario, ayudarle a sentirse más tranquilo y satisfacer su necesidad de hambre de contacto. Esto tipo de contacto no es dañino y no hay nada a cambio.

En cuarto lugar, si usted es una mujer, abrace a su hermana, su madre, los niños pequeños y sus amigos. Si usted es un hombre (hombres necesitan contacto tanto como las mujeres) y no se siente cómodo todavía con el abrazar a otros hombres, empiece por tocar en el brazo a su hermano o amigo, o palméele la espalda. Con el tiempo, aprenderá a sentirse cómodo recibiendo un buen abrazo de oso de parte de otros hombres.

En quinto lugar, un gran lugar para dar y recibir contacto saludable y abrazos es en una iglesia saludable. En los días de Pablo era culturalmente aceptable (como todavía en algunas culturas) saludar con un beso santo. Aquí en el Occidente, especialmente los hombres, no encuentran esto culturalmente aceptables. Por lo tanto, para ser culturalmente adaptables, vamos a ponerlo de esta forma, "Salúdense los unos a los otros con un abrazo Santo."

Recuerde, Jesús abrazo a los niños y los bendijo. También tocó a los enfermos cuando les curó. De hecho, su contacto fue curativo. Y un caricia curativa es algo que todos necesitamos.

Se sugiere la siguiente oración: "Querido Dios, gracias porque tu hijo Jesús siempre dio su toque curativo a las personas que lo necesitaban. Ayúdame a encontrar el toque curativo que necesito y convertirme en una persona que tenga ese 'toque' de curación para con los demás—siempre tocando y abrazando para dar amor y no por cualquier motivo ulterior. Gracias por escuchar y responder a mi oración. Con gratitud en el nombre de Jesús. Amén."

1. Marcos 10:13-14, 16.

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