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Encuentros Diarios
Junio 08, 2018
Amor y compromiso incansable
"Así está escrito: No hay un solo justo, ni siquiera uno; pues todos han pecado y están privados de la gloria [santidad] de Dios."1
"El Jueves, 16 de Marzo del 2001, Kenneth Waters de 46 años, vio un celular por primera vez, tomo su primera taza de café de Starbucks y comió un sándwich de pastrami en dos décadas. Waters acababa de salir de la cárcel después de servir 18 años por un crimen que él no cometió. La condena por asesinato fue revocada gracias a que las evidencias habían sido examinadas recientemente por ADN."2
Y ¿cómo es que Waters fue liberado? Fue debido a los esfuerzos incansables de su hermana Betty. Desde el principio ella estaba convencida de que Kenneth no era culpable de asesinato. En ese momento ella era una joven madre de dos hijos. No había terminado la escuela preparatoria, por lo que ella volvió a la escuela, terminó su educación preparatoria, se fue a la Universidad, después a la escuela de derecho y por última instancia se convirtió en abogada de su hermano. Ella "libró una batalla jurídica extraordinaria que condujo a la liberación de Kenneth." A través de la verificación del ADN se demostró que Kenneth Waters no era culpable del asesinato de Katharina Brow.
"La determinación de Betty Anne para demostrar la inocencia de su hermano es sorprendente. En el momento en que ella abandonó la Corte el 16 de Marzo del 2001, ella se había pasado 18 años de servicio ininterrumpido a su hermano. ¿Qué compromiso!"2
Esta fue una maravillosa expresión del amor de Betty por su hermano. Es también un recordatorio gráfico del compromiso total de Dios para con nosotros - no por nuestra inocencia, porque todos somos culpables ante Dios, en que cada uno de nosotros ha roto al menos uno o más de los mandamientos de Dios y al no cumplir con los requisitos de Dios estamos privados de su santidad.
Como nos lo recuerda la palabra de Dios, "No hay un solo justo, ni siquiera uno; pues todos han pecado y están privados de la gloria [santidad] de Dios."1 Pero gracias al infinito amor que Dios tiene por nosotros, el nos dio a su hijo, Jesucristo, para que muriera por nosotros y así pagar la pena por nuestros pecados, para que pudiéramos ser plenamente perdonados y recibir el regalo de Dios de la vida eterna.
Se sugiere la siguiente oración, "Querido Dios, debido a tu compromiso total para conmigo al dar a tu hijo, Jesús, para morir en mi lugar en la terriblemente dolorosa Cruz romana, para que yo pudiese ser libremente perdonado y recibir tu regalo de la vida eterna, me comprometo totalmente a vivir para ti todos los días de mi vida. Y por favor, ayúdame a estar tan comprometido como Betty y ayudar a compartir el mensaje del Evangelio a otros para que sean liberados de una eternidad perdida y reciban el perdón y el regalo de la vida eterna. Te lo pido Señor. Gracias por escuchar y responder a mi oración. Con gratitud, en el nombre de Jesús, amén."
Nota: Si usted nunca ha recibido el perdón de Dios al aceptar a Jesucristo como su Salvador personal, por favor lea, "Cómo saber que es un cristiano autentico" en: http://www.actsweb.org/sp/conocer_a_dios1.php.
O: si desea renovar su compromiso y dedicación a Dios y Jesucristo, por favor déjenos saberlo al indicar esto en la forma de respuesta en:
http://www.actsweb.org/sp/decision_sp.php.
1. Romanos 3:10, 23.
2. Cuando no puede orar, de Al Truesdale, Beacon Hill Press de Kansas City, Missouri, 2002, pp 87, 88.
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