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Encuentros Diarios
Febrero 06, 2018
El poder de la unidad
"Las langostas, que no tienen rey, pero que avanzan en formación perfecta."1
En mi juventud formé parte del Servicio Nacional de Australia en el Cuerpo de Ingenieros. Al construir puentes Bailey sobre ríos, utilizábamos grandes barcos plegables que eran atendidos por seis remeros y un timonel. Cuando todos los remeros trabajábamos en armonía, avanzábamos muy bien. Pero sólo bastaba que uno de nosotros no estuviese sincronizado y nuestro barco se salía de curso inmediatamente. Al principio hubo ocasiones en las que fuimos en círculos y una o dos veces chocamos con otra embarcación, o contra la orilla del río. Con la práctica finalmente aprendimos a trabajar en equipo. Sólo entonces pudimos realizar el trabajo.
Incluso si la gente más fuerte tiene que frenarse un poco (lo cual puede ser difícil para algunos) para permitir que los más débiles puedan mantener el ritmo, trabajando juntos como un equipo en casa, en el trabajo o en el juego hace que la vida sea mucho más plena y armoniosa. También nos lleva a donde queremos ir. Sin esta unidad gastamos mucha energía dando vueltas en círculos rápidamente sin llegar a nada.
La langosta nos da una valiosa lección acerca del poder y el impacto que se pude lograr cuando trabajamos juntos y en armonía.
Se sugiere la siguiente oración: "Querido Dios, por favor ayúdame a ser parte del equipo en casa, en el juego y en el trabajo que tienes para mi. Y ayudame a unirme a lo que estás haciendo en el mundo el día de hoy. Gracias por escuchar y responder a mi oración. Con gratitud en el nombre de Jesús, amén."
1. Proverbios 30:27 (NVI).
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