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Encuentros Diarios
Febrero 12, 2018
Escuchen el susurro
Jesús dijo, "Y cualquiera que dé a uno de estos pequeños un vaso de agua fría solamente, por cuanto es discípulo, de cierto les digo que no perderá su recompense."1
Un exitoso hombre conocido por su generosidad conducía su nuevo auto a través de una parte pobre de la ciudad. Un chico trato de llamar su atención. El hombre no se quiso involucrar, así que pretendió no verle. Al bajar la velocidad por una luz roja, escucho un fuerte golpe. Alguien había tirado un ladrillo a su carro, abollando la cajuela.
El hombre detuvo su carro, se bajo y tomó al chico que había lanzado el ladrillo. ";¡Eres un delincuente juvenil!" le grito. "¡Pagarás por esto o iras a la cárcel!"
"Lo siento señor", lloró el chico. ";Mi madre está tirada en el piso de nuestro apartamento. Creo que está muerta. Nuestro teléfono esta desconectado y por los últimos diez minutos he tratado de hacer que alguien se detenga. No sabía que mas hacer. Lléveme a la cárcel, pero por favor, primero llame a un doctor para mi mamá."
El hombre se sintió avergonzado. "Yo soy un doctor," le respondió y le preguntó, ¿Dónde está tu madre? El chico le llevó a donde se encontraba su madre y el doctor le dio primeros auxilios y llamó para pedir una ambulancia.
¿Vivirá? Sollozó el chico.
"Sí, hijo, vivirá," le dijo el doctor.
"Entonces vale la pena ir a la cárcel. Siento mucho haber arruinado su auto. Estoy listo para que me lleve."
EL doctor le dijo, "tú no vas a ir a ningún lado. Fue mi culpa el que hayas tenido que lanzar un ladrillo para llamar mi atención."
El doctor se aseguró de que el chico estuviese bien, y mientras conducía a casa decidió que no arreglaría el golpe del auto. Lo dejaría así como un recordatorio de que no todos los que necesitan ayuda tienen un ladrillo para lanzarlo.2
O como otra versión concluyó, "¡No vayan por la vida tan de prisa que alguien les tenga que lanzar un ladrillo para llamar su atención! Dios le susurra a nuestras almas y le habla a nuestros corazones. Algunas veces cuando no tenemos tiempo para escucharle, él nos lanza un ladrillo. Es nuestra elección: ¡escuchar el susurro… o esperar que nos golpee el ladrillo!"
Se sugiere la siguiente oración: "Querido Dios, por favor dame un corazón sensible y un oído dispuesto a escuchar para que cuando alguna persona pida ayuda, me detenga y sea como Jesús para con esta persona simplemente por tu amor y por todo lo que has hecho por mí. Ayúdame a nunca olvidar esto. Gracias por escuchar y responder a mi oración. Con gratitud, en el nombre de Jesús, amén."
1. Mateo 10:42.
2. Autor desconocido. Existen varias versiones en el internet.
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