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Encuentros Diarios
Enero 15, 2024
El Tesoro Mas Grande del Mundo
Recuerdo haber escuchado cómo en una ocasión el duque de Norfolk envió un valioso tesoro familiar al rey de Inglaterra como expresión de su amor y su respeto. Era la vasija de Portland, una rara antigüedad que había sido pasada de generación en generación. Queriendo compartir este tesoro con la nación, el rey mandó poner la vasija en el Museo británico.
Tiempo después llegó el desastre. En el reinado del duque su sirviente principal conspiró para derrotar al duque y tomar su lugar. Posteriormente fue capturado y despedido.
El sirviente lleno de resentimientos prometió vengarse del duque. Recordando el valioso regalo del duque al rey de Inglaterra, él fue al museo británico de Londres para encontrarlo. Cuando no había nadie a la vista, él pasó por encima de la barrera, levanto el invaluable tesoro y lo rompió en mil pedazos.
"Recojan cada pieza," dijo el rey al escuchar de la tragedia. "Este es mi regalo más preciado. Busquen a alguien que puede repararlo sin importar el costo." Finalmente, fue encontrado un hombre que, con habilidad esmerada, separó cada fragmento roto y meticulosamente le colocó en donde pertenecía.
Aunque no puedo atestiguar su autenticidad, esta historia ofrece una ilustración gráfica del trato de Dios a la humanidad. Relatos bíblicos hablan de un ángel que vivían en el cielo. Era el segundo de Dios, brillante, hermoso y majestuoso. Su nombre era Lucifer, hijo de la mañana. Él, también tuvo un problema de orgullo. Conspiró para derrotar a Dios, diciendo, "Subiré hasta los cielos. ¡Levantaré mi trono por encima de las estrellas de Dios! Gobernaré desde el extremo norte, en el monte de los dioses. Subiré a la cresta de las más altas nubes, seré semejante al Altísimo."1
Lucifer, ahora identificado como Satanás, el Diablo, fue capturado y arrojado de su pináculo del poder y del cielo.2 Lleno de un amargo resentimiento, él estaba decidido a atacar a Dios. Ese es el momento en que cambió y se convirtió en un ser lleno de maldad decidido a destruir la cúspide de la creación de Dios—la humanidad. Hizo esto al causar que la humanidad pecara y, en consecuencia, se separara de un Dios de pureza y santidad, en cuya presencia ningún pecador podría sobrevivir.
Pero ya que Dios es un Dios de amor infinito él envió a su Hijo, Jesús, para salvar a una humanidad quebrantada al morir en la cruz para pagar la pena por nuestros pecados, para que fuésemos perdonados y puesto de regreso en la pieza maestra de la creación de Dios.
Cuando Jesús curó a todos los enfermos que vinieron a él y perdonó a la prostituta, al ladrón, al despreciable recaudador de impuestos y todos los que pidieron perdón, fue recogiendo los pedazos rotos de su creación y amorosamente los colocó en el diseño principal de Dios. Todos eran de infinito valor para él.
Y cuando Dios me encontró, otra pieza rota de la humanidad—un pecador caído y perdido—me tomó, me perdonó mis pecados, sanó mi espíritu y me colocó en su gran plan. Hoy, Cristo el Salvador está buscando a los perdidos y llama tanto a jóvenes y viejos por igual en todas partes para que vengan a él por el perdón, para recibir su regalo de la vida eterna y para ser colocados de nuevo en su plan divino. "Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso."3
La invitación de Cristo le incluye a usted tambien estimado lector. Hoy él le está llamando para que venga a él por su perdón, integridad y el regalo de la vida eternal. Esto es sin duda alguna el mejor tesoro del mundo.
Oracion sugerida: Querido Dios, gracias por haber dado a Tu Hijo, Jesús, para morir en la cruz y así salvarme de las consecuencias de mis pecados, perdonarme y colocarme de nuevo en tu plan maestro para mi vida. Confieso que soy un pecador y, creyendo que tu hijo, Jesús, murió para pagar la pena por todos mis pecados, acepto a Jesús como mi Señor y Salvador. Por favor, ayúdame a convertirme en la persona que quieres que sea y vivir siempre para servirte fielmente. Gracias por escuchar y responder a mi oración. Te agradezco. En el nombre de Jesús, amén.
1. Isaías 14:13-14, (NVI). 2. Isaías 14:12,15. 3. Mateo 11:28, (NVI).
El Encuentro de hoy fue escrito por: Richard Innes.
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