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Encuentros Diarios
Agosto 02, 2018
Un Ladron Al Cual Robaron
"Y sepan bien que su pecado los alcanzará."1
Zig Zigler, un orador motivacional muy conocido, cuenta la historia de un ladrón al cual robaron. El incidente sucedió en el año 1887 en una tienda de comestibles en una vecindad pequeña cuando un caballero de mediana edad, Emanuel Nenger, le dio a la cajera una nota de $20 para pagar por las hojas de nabo que estaba comprando. Cuando la cajera puso la nota en la caja, noto que una poca de tinta de la nota se le quedo en las manos, las cuales estaban mojadas de envolver las hojas de nabo.
Ella tenía muchos años de conocer al Señor Nenger y estaba sorprendida. Ella pensó, "¿Este hombre me estará dando una nota falsa?" Ella despidió esta idea inmediatamente y le regreso el cambio. Pero en esos días $20 era mucho dinero, así que le aviso a la policía, y luego de adquirir una orden de registro, fueron a la casa de Emanuel Nenger donde encontraron en el ático la herramienta que estaba usando para reproducir las notas falsas de $20. Encontraron un caballete, pinceles, y pinturas las cuales Nenger estaba usando para pintar meticulosamente el dinero falso. Era un Maestro de Arte.
La policía también encontró tres retratos que había pintado Nenger—¡retratos que se vendían en subastas públicas por más de $16,000! La ironía de esto es que el tiempo que le tomaba para pintar una nota de $20 era casi lo mismo que le tomaba para pintar uno de esos retratos que se vendían por más de $5,000 cada uno.
El hombre que robo a Emanuel Nenger fue Emanuel Nenger. Nosotros hacemos lo mismo cuando hacemos trampa o quebramos la ley—incluyendo la ley de Dios—para ganancia ilegitima. Y aunque la mayoría de nosotros no robaría a otra persona de sus bienes, es muy fácil robar la reputación de una persona por medio de chismes.
También nos robamos a nosotros mismos cuando no le damos nuestros diezmos2 a Dios para su obra, y a otros que tienen necesidad—puede que sea dar de nuestro tiempo, talentos, dinero, otros recursos, o amor.
Oración sugerida: "Querido Dios, ayúdame a nunca robarme a mí mismo, o robar a otra persona de ninguna manera. Y especialmente ayúdame a nunca robarte a ti. También ayúdame a ser alguien que da sin esperar nada a cambio. Gracias por escuchar y responder a mi oración. Te agradezco. En el nombre de Jesús, amen."
1. Números 32:23.
2. Vea Malaquías 3:8-10.
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