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Encuentros Diarios
Julio 12, 2019
Dulce Tentación
Jesús dijo “Velen y oren para que no entren en tentación.”1
Hace tiempo leí acerca de ciertas hormigas que tienen una pasión por una dulce substancia glandular que da la oruga de la mariposa azul. De acuerdo al artículo, las hormigas pueden quedar tan cautivadas por la substancia que ellas cargan con gusto a la oruga hasta su hormiguero. De lo que ellas no se dan cuenta es que la oruga se alimenta de la larva de la hormiga.
Usualmente tal amenaza es detenida, destrozada o rechazada por un batallón de hormigas. Sin embargo, y ya que ellas disfrutan tanto de las deliciosas secreciones de la oruga, que se convierten en “adictas” a la substancia. ¡Y por lo tanto no están conscientes del hecho de que sus pequeños están siendo destruidos!
En realidad muchos de nosotros somos adictos a algo. Tal vez no sean drogas o alcohol, pero algo que usamos o hacemos habitual o compulsivamente para evitar enfrentar nuestros problemas internos que están sin resolver (problemas tales como miedos, dolor, perdidas, odio, coraje, culpa, cosas inadecuadas, etc.) es una adicción. Tal vez sea trabajo, religión, apostar, gastar, comer, fumar, relaciones, sexo o cualquiera de una cantidad de cosas—algunas de las cuales tal vez sean muy placenteras.
De una cosa podemos estar seguros, cuando nuestras vidas están siendo controladas por las adiciones, no crecemos y podemos dañar a nuestros hijos, a nuestras relaciones con los demás, así como a nuestra salud física, emocional y espiritual. Además una adicción es muy seguido una falsa realidad de las cosas y cuando nos conformamos con esa falsa realidad no podremos encontrar esa realidad genuina.
Solo cuando somos cruelmente honestos con nosotros mismos y admitimos a Dios y por lo menos a otra persona de nuestra confianza que somos adictos es que podremos obtener la ayuda de Dios para enfrentar las causas detrás de nuestras adiciones y buscar la ayuda que necesitamos para superarlas.
Se sugiere la siguiente oración: “Querido Dios, si hay algo que esté haciendo o usando para medicar o no sentir los problemas sin resolver en mi vida, por favor libérame del pecado de negarlos y dame el valor para admitir mis problemas y encontrar al ayuda que necesito para enfrentarlos y resolverlos. Gracias por escuchar y responder a mi oración. De todo corazón en el nombre de Jesús, Amén.”
1. Mateo 26:41 (NIV).
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