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Encuentros Diarios
Junio 25, 2019
Cuando No Puede Perdonarse a Si Mismo, Parte l
"Sí, ¡qué alegría para aquellos a quienes el Señor les borró la culpa de su cuenta, los que llevan una vida de total transparencia! Mientras me negué a confesar mi pecado, mi cuerpo se consumió, y gemía todo el día. Día y noche tu mano de disciplina pesaba sobre mí; mi fuerza se evaporó como agua al calor del verano. Finalmente te confesé todos mis pecados y ya no intenté ocultar mi culpa. Me dije: 'Le confesaré mis rebeliones al Señor', ¡y tú me perdonaste! Toda mi culpa desapareció."1
"¿Cómo me puedo deshacerme de esta culpa terrible?" me preguntó un padre afligido. "Yo he estado en un conflicto terrible con uno de mis hijos por muchos años. Hace dos semanas yo estaba tan frustrado con el que me dije a mí mismo, 'Como desearía que el muriera.' Esa noche el murió."
El padre se está culpando a sí mismo por la muerte de su hijo. En su mente el está convencido que Satanás mato a su hijo a causa de su deseo.
Yo puedo entender porque esta afligido este padre. Sin embargo, el hecho es que el no causo la muerte de su hijo. Su hijo había estado muy enfermo por algún tiempo y murió de causas naturales. Si Satanás tuvo algo que ver con este asunto, fue sembrar la mentira en la mente de este padre acerca del diablo matando a su hijo. Con lo que el padre está batallando no es culpa verdadera, sino culpa falsa.
Una de las dificultades en cuanto a la culpa es aprendiendo a notar la diferencia entre culpa verdadera y culpa falsa. Porque prácticamente se sienten iguales, puede ser desafiante distinguir lo verdadero de lo falso.
Algunos consejeros claman que toda culpa es dañina psicológicamente, pero esto no es cierto. Si no sintiéramos culpa cuando hacemos algo malo, seriamos un grupo de psicópatas con consciencias muertas. Es la culpa falsa que es dañina psicológicamente porque mantiene a personas en esclavitud sin fin no a causa de lo que hicieron, pero a causa de su pensamiento erróneo.
Para resolver culpa verdadera y para nuestro bienestar espiritual, necesitamos admitir que hemos hecho mal, confesarlo a Dios y pedir su perdón. Cuando hacemos esto, Dios nos perdona. El prometió que lo haría.2 Para nuestro bienestar mental también necesitamos confesar el mal que hicimos a por lo menos otro amigo de confianza o consejero, y donde sea posible pedir perdón a la persona que hemos dañado, y buscar compensar por lo que hemos hecho. Y luego, a pesar de si la persona nos perdone o no, Dios nos ha perdonado y necesitamos perdonarnos a nosotros mismos. Cuando hacemos esto genuinamente, experimentamos el alivio que David experimento cuando el confeso su pecado con Betsabe.
Sin embargo, si hemos hecho todo esto y todavía nos sentimos culpables, lo que sentimos es culpa falsa y eso es totalmente un asunto diferente.
Se continuara mañana en Parte ll…
Oración sugerida: "Querido Dios, por favor ayúdame a siempre admitir y confesar mis pecados para que yo sea perdonado y así resolver mis sentimientos de culpa, y por favor ayúdame a superar los pecados que tan fácilmente me hacen caer. Cuando experimente culpa falsa, ayúdame a verlo por lo que es y buscar la ayuda que necesito para poder superarlo. Gracias por escuchar y contestar mi oración. Te agradezco. En el nombre de Jesús, amen."
1. Salmos 32:2-5 (NTV).
2. 1 Juan 1:9.
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