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Encuentros Diarios
Octubre 11, 2019
Roto y Hermoso
"El
Señor llevará a cabo los planes que
tiene para mi vida, pues tu fiel amor, oh Señor, permanece para siempre. No me abandones, porque
tú me creaste."1
Amigos nuestros recientemente se trasladaron a Hawái y
compartieron algo que me pareció fascinante. Era un video de un árbol de papaya
que tienen en su patio trasero en su nuevo hogar. Este árbol de papaya es diferente a cualquier otro que haya visto. Parece
como si alguien trato de cortarlo en algún momento, pero en lugar de morir o
secarse, ¡creció de lado! Parece un tronco de elefante colgando del lado del
tronco principal del árbol. Lo que es fascinante, sin embargo, es que la
extensión de este árbol ha continuado produciendo hermosas papayas y sus hojas
están floreciendo. Puede que este roto, pero sigue dando fruto como fue creado
para hacer.
Ver este video fue una maravillosa lección de vida
para mí personalmente. Todos tenemos experiencias pasadas que tal vez no fueron
muy agradables. Las circunstancias pueden haber intentado rompernos en algún
momento, y podemos estar luchando para recuperar la compostura y seguir
avanzando. Las cicatrices de nuestro pasado todavía pueden sentirse tan
frescas, ¡pero nuestras experiencias y cicatrices pasadas no definen nuestro
futuro! Dios continúa elaborando Su plan en nuestra vida y está usando nuestro
pasado para moldearnos en instrumentos poderosos que tendrán un gran impacto en
nuestro mundo de hoy y llevarán a los demás a Cristo.
Al igual que este árbol de papaya que sigue dando
fruto independientemente de la cicatriz gigante en su tronco, nosotros también,
podemos alcanzar todo nuestro potencial y permitir que Dios cumpla Su propósito
y plan en nuestras vidas... incluso con nuestras cicatrices. Dios nos ama y ha
prometido nunca dejarnos ni abandonarnos. No ha terminado con nosotros y
continuará Su obra en nosotros. En El
podemos estar rotos y hermosos.
Oración sugerida: "Querido Dios, gracias por que,
a pesar de mi pasado y de las cicatrices que llevo, estás creando algo hermoso. En ti tenemos perdón, sanidad, esperanza y futuro. Te entrego mi
vida, mis heridas y todo dolor, y pido que me moldees y me uses para ser las
manos y los pies de Jesús en nuestro mundo de hoy. Que
las experiencias que has permitido en mi vida se utilicen para tener un impacto
en la vida de los demás para tu gloria. Gracias por escuchar y responder a mi
oración. En el nombre de Jesús. Amén."
1.
Salmos 138:8 (NTV).
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