Encuentros Diarios
Abril 19, 2019
No Hay Amor Más Grande
“Nadie tiene amor más grande que el dar la vida por sus amigos.”1
Maxwell Maltz cuenta la historia de un hombre que se lastimó severamente al tratar de rescatar a sus padres de un fuego. Sin embargo sus heroicos esfuerzos fueron en vano. Sus padres murieron dentro de la casa en llamas.
Durante su intento por rescatarlos, el fuego le quemó la cara severamente desfigurándolo. Él estaba tan avergonzado por su apariencia que se rehusaba a que alguien le viera el rostro – incluyendo su esposa.
Su esposa fue a buscar ayuda con Maltz, un cirujano plástico. “No se preocupe,” le aseguró él, “yo puedo reconstruir su rostro.”
A pesar de las buenas noticias, la esposa aun se sentía descorazonada. Su esposo siempre se había rehusado a los tratamientos médicos. Asumiendo que él no cambiaría de opinión, ella le dijo a Maltz, “Quiero que me desfigure el rostro para poder estar como él. Si yo puedo compartir su dolor, tal vez el me permita estar a su lado de nuevo.”
Maltz trató de ocultar su horror por tal requerimiento. Se negó a hacer la operación, pero estaba tan conmovido por el amor de esta mujer por su esposo que él fue a visitar al esposo. A través de la puerta cerrada, él grito, “Soy un cirujano plástico. Quiero que sepa que le puedo reconstruir el rostro.”
No hubo respuesta.
“¿Podría salir por favor? Por lo menos déjeme ver su rostro. Al menos hable conmigo.”
Silencio.
Aun hablando a través de la puerta, Maltz le dijo al hombre lo que su esposa le había pedido. “Ella quiere que le mutile el rostro para que su rostro se parezca al de usted. Ella espera que entonces usted la acepte de nuevo en su vida. Así de grande es su amor por usted.”
Lentamente la manija empezó a girar.2
En realidad, ha de ser extremadamente doloroso el estar desfigurado y sentirse que nadie nos acepta. Que Dios nos ayude a todos, incluyéndome a mí, a aceptar y amar a aquellos que sufren.
Al mismo tiempo es importante que cada uno de nosotros comprendamos que tan repulsivos nuestros pecados son para Dios porque él es un Dios de absoluta pureza. A pesar de esto él nos ama y nos acepta sin condiciones. Dios también odia nuestros pecados porque pueden destruir totalmente a los que él ama – nosotros. Pero por su gran amor por nosotros, Dios entregó a su hijo, Jesús, a morir en la cruz para pagar por nuestros pecados y así poder ser totalmente “sanados del mortal desfiguramiento del pecado” y ser perdonados y salvados de las consecuencias del pecado – la separación eterna de Dios, el autor del amor y la vida.
Si nunca ha aceptado el amor y el perdón de Dios, les apremio a que lo hagan hoy mismo. Para más ayuda lean “El encontrar y conocer a Dios sin ser religioso” en: http://tinyurl.com/lhxlk.
Se sugiere la siguiente oración: “Querido Dios, gracias, porque a pesar de la fealdad de mis pecados me has aceptado total e incondicionalmente. Ayúdame a apreciar lo que has hecho por mí y a vivir una vida que honre tu nombre. Gracias por escuchar y responder a mi oración. Te agradezco. En el nombre de Jesús, Amén.”
1. Juan 15:13 (NVI).
2. Maxie Dunnam, This Is Christianity (Nashville: Abingdon Press, 1994), pp. 60-61, http://isbn.nu/0687084105. Citado en WITandWISDOM, www.witandwisdom.org.
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