|
Encuentros Diarios
Julio 02, 2021
Déjalo ir
"El Señor luchara por ustedes… solo deben esperar en silencio."1
Hace años, leí un poema que se ha quedado conmigo y
con frecuencia viene a mi mente como un recordatorio vívido de cómo a veces
sólo necesito "Dejarlo ir y Para que Dios Haga":
"Como
los niños traen sus juguetes rotos con lágrimas para que los reparemos, traje
mis sueños rotos a Dios porque Él era mi amigo. Pero entonces, en lugar de
dejarlo en paz para trabajar solo, me quedé y traté de ayudar con formas que
eran mías. Por fin, los arrebaté y grité: "¿Cómo puedes ser tan
lento?". Mi hijo", dijo, "¿Qué podía hacer? Nunca lo dejaste
ir".2
Esta analogía
se vuelve tan real cuando tienes niños pequeños. Tantas veces, mis hijos han
venido a mí con un corte o rasguño para que yo pueda atender, pero a medida que
me inclino para ver el daño, ellos se alejan con miedo de que yo los lastime
más. Mientras trato de aplicar ungüento a su herida, la cubren por temor a que
la empeore.
A menudo,
tenemos heridas espirituales, quebrantamiento y batallas en nuestras vidas que
traemos al Señor rogándole que lo arregle por nosotros, pero al final, no
estamos dispuestos a dejarlo trabajar en su tiempo y nosotros, como niños, nos
frustramos porque las cosas no están funcionando como queremos que funcionen.
El versículo de hoy es tan claro. ¡El
Señor cuidará de nuestras heridas y batallas, pero debemos sentarnos, callarnos
y dejarlo trabajar! No somos tan diferentes de estos niños pequeños cuando se
trata de nuestro dolor. Tenemos miedo de que nos duela más si se nos va de las
manos. Dios, sin embargo, es un Padre paciente y amoroso que se tomará Su tiempo
y nos consolará hasta que estemos dispuestos a entregar nuestras heridas a Él.
Deja ir esas
cargas hoy que están causando dolor y enojo, amenazando con robar tu alegría.
Deja que Dios te renueve y te dé una vida que sea sanada y reparada por Él para
Su Gloria – ¡Déjalo ir y deja que Dios trabaje!
Oración
sugerida:
Querido Dios,
tú eres el Sanador por encima de todos los sanadores, y el Padre por encima de
todos los padres. Ayúdame a tener la fuerza hoy para confiar en ti con las
heridas en mi vida. Sé que repararás mi corazón y moldearás mi vida de una
manera que te traerá honor. Hoy dejo ir esas cosas que están obstaculizando mi
adoración a ti. Gracias porque Tu momento es perfecto. En el nombre de Jesús,
Amén.
Éxodo
14:14 (BLPH). Lauretta
P. Burns.
|
|