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Julio 14, 2021

"Porque yo soy el Señor tu Dios, que sostiene tu mano derecha; yo soy quien te dice: ‘No temas, yo te ayudaré."¹

A lo largo de la historia han habido eventos que han causado que la población de la Tierra se sienta insegura sobre su futuro. Eventos que se consideraron catastróficos y, por lo tanto, afectaron la forma en que vivimos. Uno de los primeros ejemplos de esto fue el diluvio del Antiguo Testamento. Cuando Noé y su familia emergieron del arca, puedo imaginarlos sintiéndose bastante inciertos sobre su futuro, sabiendo que eran los únicos sobrevivientes. Más recientemente, sin embargo, en 1910, los astrónomos vieron el cometa Halley en un rumbo que se dirigía demasiado cerca de la Tierra. Temían que la cola del cometa entrara en la atmósfera de la Tierra y, en palabras de la astrónoma francesa Camille Flammarion, "el gas cianógeno impregnaría la atmósfera y posiblemente apagaría toda la vida en el planeta". Esto, por supuesto, causó pánico e incertidumbre en todo el mundo mientras la Tierra esperaba una perdición que nunca llegó.

A medida que nos acercábamos al nuevo milenio, vimos a muchas personas ansiosas con sentimientos de incertidumbre porque temían que, a la medianoche del día de Año Nuevo, los sistemas informáticos se apagarían y se perderían datos importantes en todo el mundo. Y luego, en la mañana del 11 de septiembre del 2001, los Estados Unidos comenzó su día con horror mientras veíamos caer las torres gemelas. La incertidumbre asoló a la nación mientras nos preguntábamos dónde atacaría el terrorismo a continuación y cómo podríamos recuperarnos de esta tragedia. 2012 trajo nueva incertidumbre al mundo, ya que muchos experimentaron miedo y ansiedad por la posibilidad de que el mundo terminaría en diciembre del mismo año. Algunos habían dicho que el Calendario Maya terminó en 2012, prediciendo el fin de los tiempos tal como lo conocíamos. Y, más recientemente, la pandemia de Covid-19 cambió nuestra forma de vida una vez más. La incertidumbre invadió todos y cada uno de los hogares de nuestro mundo cuando comenzamos a ver que un país tras otro se infectaba con este virus, y esta incertidumbre aún permanece con nosotros.

Mientras esperamos el día en que todo vuelva a la "normalidad", tenemos un Salvador que ha estado vigilando de nosotros desde el principio de los tiempos, recordándonos que debemos confiar en Él. Nuestro Dios nunca está lejos de nuestro alcance. Como un niño que busca la mano de su padre cuando se siente inseguro de su entorno, Dios nos dice: ¡Tomaré tu mano, te ayudaré! Verás, nuestro mundo continuará pasando por momentos inciertos y los eventos caóticos continuarán plagando nuestras vidas hasta que el Señor regrese. En cada circunstancia, Dios promete estar allí, a nuestro lado, ayudándonos y llevándonos de la mano, dándonos ese consuelo que sólo nuestro Padre Celestial puede proporcionar. Los animo hoy, mientras enfrentamos este tiempo de incertidumbre, a que se acerque a la mano fuerte y amorosa del Señor y permita que él los guíe a través del tiempo oscuro y hacia la luz donde Él puede llenarlos con una paz que va más allá de nuestro entendimiento.

Oración sugerida:

Querido Padre Celestial, gracias por estar a mi lado en tiempos de incertidumbre. Cuando me siento perdido o con miedo de aventurarme solo, estás allí tomando mi mano y llevándome a un lugar seguro. Gracias por tu amor y protección en un mundo que a veces puede ser sin amor e incierto. Ayúdame a confiar en ti y en los planes que tienes reservados. En el nombre de Jesús, amen.