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Junio 07, 2019

"No siempre de los ligeros es la carrera."¹

Hace un tiempo Our Daily Bread hizo esta pregunta, “¿Recuerdan a la tortuga y la liebre en la fábula de Aesopo? La liebre se vanaglorió de ser el animal más rápido del bosque. Cuando el reto a los demás a una carrera, solo la tortuga se atrevió a retarlo. A la liebre esto le pareció un concurso que no era justo, ya que él ganaría fácilmente.

“Pero aún así dio inicio la carrera, con la tortuga rápidamente quedándose muy atrás. En el camino la liebre decidió que era hora de tomar una siesta, pero la tortuga continuó avanzando. Cuando la liebre despertó, no vio a la tortuga por ningún lado, y riéndose dijo, ‘¡El aún no me ha alcanzado!’ Pero al empezar a correr hacia la línea final, miro que la tortuga la cruzaba. ¡Despacio pero consistente, la tortuga había ganado!”

En la vida cristiana es fácil empezar bien o “mantener la fe” cuando todo va bien. Pero para mantenerse firme a través de los tiempos difíciles así con en los buenos, y estar allí para el largo camino se necesita un compromiso genuino que esté basado en una profunda creencia de, que no importa lo que pase, Jesucristo es el Rey de reyes y Señor de señores, y que mi vida está en sus manos. Como Job de manera acertada expresó sus sentimientos en medio de su desesperación, “He aquí, aunque él me mate, en él esperaré.”²

“La carrera no es del más rápido, pero es de aquellos que continúan en la carrera!”

Se sugiere la siguiente oración: “Querido Dios, por favor ayúdame a ser como la persistente ‘tortuga’ en mi fe y dame el valor, como a Pablo, para proseguir a la meta, para conseguir el premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.”³ Gracias por escuchar y responder a mi oración. De todo corazón en el nombre de Jesús, amén.”

1. Eclesiastés 9:11.
2. Job 13:15.
3. Filipenses 3:14.

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