Encuentros Diarios
Diciembre 09, 2025
1. La emoción de la esperanza
Pero yo he puesto mi esperanza en el SEÑOR. Yo espero en el Dios de mi salvación.
¡Mi Dios me escuchara!1
A principios de los años 70,
investigadores montaron un famoso experimento con niños pequeños conocido como
la Prueba del Malvavisco. En esta demostración, un niño fue colocado en una
habitación con un malvavisco delante sobre una mesa. Al niño le dijeron:
"Ya puedes comer este malvavisco. Pero si esperas 15 minutos, te doy
dos." Luego los dejaron solos en la habitación para ser observados por los
científicos tras una ventana. Algunos niños miraban el malvavisco. Algunos lo pellizcaban.
Algunos incluso lo lamieron. Otros hacían todo lo posible por distraerse
cantando, bailando o tapándose los ojos—cualquier cosa para recibir una
recompensa mayor. Algunos cedieron a la gratificación instantánea de la
golosina dulce. Pero otros esperaron y se ganaron su segunda ración. Curiosos
por los resultados, los investigadores decidieron seguir a estos niños durante
años y lo que encontraron resultó bastante interesante. Los niños que pudieron
esperar, iban mejor en el colegio, manejaban el estrés de forma más eficaz e
incluso tenían relaciones más saludables. Aprendieron desde pequeños que la
esperanza de una recompensa futura cambia la forma en que vives en el presente.
Esta es una buena imagen de lo
que significa esperar al Señor. A veces Dios elige dejar nuestra bendición
justo fuera de nuestro alcance y, cuando elegimos esperar pacientemente, Él
está formando nuestro carácter. La esperanza es un regalo de Dios para nosotros
y es la misma esperanza que celebramos en esta temporada navideña. Dios nos
envió la Esperanza en la forma de Su Hijo, Jesús. El villancico clásico, "Santa
La Noche", habla de la emoción de la Esperanza ante la llegada del
Salvador. Esperar pacientemente el momento de Dios puede ser difícil y puede
que nos veamos sucumbiendo a la tentación de la gratificación instantánea, pero
Dios nos ha prometido que una mayor parte de la bendición llegará si esperamos.
Comer el malvavisco ahora puede ser más fácil, pero Dios tiene algo mejor: ¡una
Esperanza de Salvación y una eternidad con Él!
Oración sugerida: Querido
Señor, que mi Esperanza esté en Ti, no en la gratificación instantánea que este
mundo me ofrece. Dame la fuerza para ser paciente y esperar en las bendiciones
mayores que sé que tienes reservadas para mí. En el nombre de Jesús, Amén.
1.
Miqueas
7:7 (NVI).
El encuentro de hoy fue
escrito por: Verónica B.
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