|
Encuentros Diarios
Agosto 25, 2017
Viviendo con una pareja alcohólica
"Vivamos decentemente, como a la luz del día, no en orgías y borracheras, ni en inmoralidad sexual y libertinaje, ni en disensiones y envidias. Más bien, revístanse ustedes del Señor Jesucristo, y no se preocupen por satisfacer los deseos de la naturaleza pecaminosa."1
Una lectora de Encuentros Diarios nos dice: "a mi esposo le gusta tomar cerveza. Toma un promedio de 12 a 18 cervezas al día. Él no se siente culpable por su hábito de beber. El piensa que sólo 'las borracheras' son un pecado. Recientemente nos hicimos al cristianismo y pensé que él podría dejar de beber una vez que estuviera más cercano a Dios. Llevamos poco tiempo de casados, pero esto es muy penoso para mí. No quiero que piensen que me siento mejor que él. Él sabe cómo me siento acerca de su hábito, y a veces me es muy difícil quedarme callada. Ayúdeme por favor."
Querida Anita (nombre cambiado): si su marido toma de doce a dieciocho cervezas al día, yo diría que es un alcohólico. Lamentablemente, la mayoría de los alcohólicos niegan su problema y continuamente racionalizan su comportamiento; esto es, hasta que exista algún tipo de intervención para este tipo de crisis. ¿Qué puede hacer?
En primer lugar, mientras que su marido está, evidentemente, negándose a aceptarlo, es imperativo que usted se enfrente a la realidad o usted se convertirá en parte de esto y reforzará la enfermedad. Hay una razón por la qué usted se sintió atraída hacia una personalidad dependiente. Es probable que usted haya tenido un padre alcohólico y está repitiendo un patrón familiar. O puede ser que en su codependencia necesita sentir que es necesitada para por consiguiente poder sentirse amada. Sea cual fuere la razón, usted necesita ver su parte en el problema. No puede cambiar a su marido pero usted puede cambiar. A como usted vaya cambiando, su esposo se verá forzado a cambiar, pero, con toda probabilidad, no será sin complicaciones. Él quiere que usted esté allí para cuidar de él y soportar sus borracheras. Si usted decide que va a dejar de ser su "Salvadora," confíe en mí, esto no le va a no gustar a él.
En segundo lugar, debe de ejercer el amor duro y hacer frente a su marido con la realidad. Esto es lo más cariñoso que puede hacer. Es verdad, el amor duro es difícil: realmente difícil. No hay ninguna garantía de que funcionará, pero si no ejerce el amor duro, los dos están en camino al desastre. Es necesario explicarle a su marido en forma cariñosa que su adicción al alcohol le preocupa excesivamente, que está afectando su relación, que él necesita ver que su consumo de alcohol es un problema, y que necesita obtener ayuda.
En tercer lugar, antes de hacer esto, sin embargo, necesita tener listo un buen sistema de apoyo. No intente hacerlo sola. Obtenga ayuda para usted misma. Entre en un grupo de apoyo Al-Anon de doce-paso y le ruego que consulte a un consejero cristiano calificado que le pueda ayudar a crecer y a guiarle a través de este proceso tan escabroso.
Si su marido se niega a afrontar la realidad (que es algo que él hará al principio) y continúa su adicción al alcohol, puede que en algún momento usted tenga que decirle que, a menos que él enfrenta la realidad y entre en un programa de recuperación, ustedes tendrán que separarse hasta que él admita que tiene un problema y obtenga ayuda para superarlo. Si no hace eso ahora, habrá problemas muchos mayores en el futuro.
Cuarto y el más importante de todo, busque la ayuda de Dios. Pídale a Dios todos los días que le ayude a ser como Cristo con su esposo en todo lo que haga y diga, ore para que su esposo vea a Jesús en usted y lo quiera para sí mismo.
Se sugiere la siguiente oración: "Querido Dios mío, en cada situación angustiante en que este por favor ayúdame a ver lo que yo estoy contribuyendo al problema, admitir lo que es y obtener la ayuda que necesito para superarlo. También ayúdame a ser siempre 'como Jesús' con quienes esten en conflicto y ejercer el amor duro donde se necesite amor duro. Gracias por escuchar y responder a mi oración. Con gratitud, en el nombre de Jesús, amén."
1. Romanos 13:13-14 (NVI).
<:))))><
|
|