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Encuentros Diarios
Octubre 04, 2017
El poder del apoyo/de dar un aliento
"Por eso, anímense y edifíquense unos a otros, tal como lo vienen haciendo."1
La palabra alentar significa simplemente darle valor a alguien—algo que todos debemos hacer y recibir con regularidad.
Hace años—cuando era un joven adolescente—uno de los hombres de la iglesia me dio un ligero golpe en el brazo al pasar junto a él y me hizo un comentario acerca del juego de fútbol americano.
Nunca me había hecho ese comentario el cual para mí fue un gran aliento cuando más lo necesitaba. Años después recordé como al inicio de mis días en el ministerio, después de hablar con un grupo de jóvenes, uno de los miembros asistentes me dijo, "Gracias por ser el mensajero de Dios para mí el día de hoy." Nunca he olvidado sus palabras y tampoco las de tantos otros a lo largo del camino. (Desgraciadamente, una palabra cortante puede tener el efecto opuesto por un largo tiempo)
El aliento. Tan sencillo de dar, no cuesta nada, y vale su peso en oro.
Como lo dijo Leo Buscaglia, la mayoría de nosotros llevamos una vida tranquila y sin pretenciones al pasar por este mundo. Lo más seguro es que no habrá un boleto para el desfile para nosotros, ni se crearan monumentos en nuestro honor. Pero eso no desmerita nuestro posible impacto, porque hay cantidad de personas esperando por alguien como nosotros que llegue; personas que apreciaran nuestra compasión, nuestros talentos especiales. Alguien que viva mejor simplemente porque nos tomamos el tiempo de compartir lo que teníamos para dar. Muy seguido menospreciamos el poder de una caricia, una sonrisa, una palabra amable, el saber escuchar, un cumplido honesto un pequeño acto de atención, todo esto tiene el potencial de cambiar una vida. Es impresionante el considerar las continuas oportunidades que existen para hacernos sentir amados."2
Asegúrense de darle ánimos—alentar—a alguien el día de hoy, especialmente a sus seres queridos.
Se sugiere la siguiente oración: "Querido Dios, gracias por todas las personas que me han apoyado a lo largo del camino. Se los agradezco en gran manera, y por favor ayúdame a dar ánimos a alguien más cada día justo como los demás me han animado. Gracias por escuchar y responder a mi oración. Con gratitud, en el nombre de Jesús, amén."
1. 1 Tesalonicenses 5:11 (NVI).
2. Leo Buscaglia, citado en ¡Punto Inspiracional! http://www.inspirationpeak.com/.
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