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Encuentros Diarios
Octubre 13, 2017
Sin un escondite
¿Podrá el hombre hallar un escondite donde yo no pueda encontrarlo? — Afirma el Señor—. ¿Acaso no soy yo el que llena los cielos y la tierra?"1
Tim Timmons y Stephen Arteburn en su libro, Hook On Life, hablan de una mujer de mediana edad que entró en un edificio de apartamentos y subió al doceavo piso. Como llegó a su destino, ella tocó el timbre de la puerta con impaciencia. La puerta se abrió misteriosamente, y ella fue acogida por el olor del incienso y el humo. Ella entró y fue recibida por una joven ligeramente vestida quien anunció su presencia con el sonido de un enorme gong. Con esto, la joven dijo: "¿desea ver el omnisciente, omnipotente, al maravilloso Narru Maharishi?"
"Así es" respondió la mujer. "¡Dígale a Sheldon que su madre está aquí!"
Nos reímos de tales locuras en otros, mientras que al mismo tiempo, la mayoría de nosotros hasta cierto punto nos ocultamos detrás de algún tipo de falsa fachada. Puede que no sea tan absurda como lo que acabamos de leer, pero cuando se trata de intentar ocultarse de Dios, eso es imposible. Dios sabe todo. Todo lo ve. Él sabe quién soy. . . donde estoy. . . la razon por la cual estoy aquí. . . donde voy. . . lo que estoy haciendo. . . y lo que no estoy haciendo. ¡No importa cuánto lo intente, no me puedo ocultar de Dios! No hay manera. ¡Punto!
Como David lo escribió en los Salmos, "¿A dónde podría alejarme de tu Espíritu? ¿A dónde podría huir de tu presencia? Si subiera al cielo, allí estás tú; si tendiera mi lecho en el fondo del abismo, también estás allí. Si me elevara sobre las alas del alba, o me estableciera en los extremos del mar, aun allí tu mano me guiaría, ¡me sostendría tu mano derecha!"2
Lo mejor es decirle a Dios quienes somos, donde estamos, lo que deseamos, lo que no queremos, lo que tememos, lo que no queremos dejar, etc., etc. . Sólo cuando somos honestos con nosotros mismos y reales con Dios, él (o cualquier otra persona) nos puede ayudar.
Se sugiere la siguiente oración: "Querido Dios, por favor, abre mis ojos para que pueda ver cualquier forma en la que me estoy engañando a mí mismo, o huyendo de tu voluntad y del perfecto plan para mi vida. Ayúdame a ser honesto conmigo y contigo—sabiendo que lo mejor que existe en el mundo para mí es el propósito que tiene para mi vida. Gracias por escuchar y responder a mi oración. Con gratitud en el nombre de Jesús, amén."
1. Jeremías 23:24 (NVI).
2. Salmos 139:7-10 (NVI).
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