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Encuentros Diarios
Octubre 25, 2017
La oveja con la pierna rota
"Ciertamente, ninguna disciplina, en el momento de recibirla, parece agradable, sino más bien penosa; sin embargo, después produce una cosecha de justicia y paz para quienes han sido entrenados por ella."1
Robert Munger escribió sobre un turista estadounidense que viajaba por Siria quien hizo amistad con un pastor. Cada mañana él observó al pastor llevar alimentos a una oveja que tenía una pierna rota. Mientras observaba al animal, le preguntó al pastor, "¿cómo se rompió la pierna la oveja? ¿Fue un accidente, cayó en un agujero, o algunos animales le rompieron la pierna?"
"No," dijo el pastor, "Yo mismo le rompí la pierna a esta oveja."
¿Usted le rompió la pierna? Preguntó el sorprendido viajero.
"Sí, vea usted, esta es una oveja caprichosa; no permanecía con la manada, pero sí engañaba a las ovejas y las llevaba con ella. Después no me dejaba acercarme, así que tuve que romperle la pierna para que me permitiría alimentarla día con día. Al hacer esto llegará a conocerme como su pastor, confiará en mí como su guía y se mantendrá con la manada."2
A veces, sólo a veces, cuando insistimos obstinadamente en ir por nuestro propio camino y llevamos a otros con nosotros, Jesús, el pastor del rebaño podría "romper nuestra pierna" (o permitir que nuestra pierna se rompa) por nuestro propio bien y el de los demás.
Se sugiere la siguiente oración: "Querido Dios, por favor, dame el sentido común no sólo para saber lo que es correcto, pero el valor para hacerlo, para así no tener que experimentar una disciplina dolorosa. Gracias por escuchar y responder a mi oración. Con gratitud, en el nombre de Jesús, amén."
1. Hebreos 12:11 (NVI).
2. Robert Boyd Munger en Enciclopedia de 7700 Ilustraciones de Paul Lee Tan.
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