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Encuentros Diarios
Octubre 30, 2017
Metas insignificantes
"Atrapen a las zorras, a esas zorras pequeñas que arruinan nuestros viñedos, nuestros viñedos en flor."1
Hace unos años un titular hablaba acerca de trescientas ballenas que murieron repentinamente. Las ballenas perseguían sardinas y se encontraron varadas en una bahía. Frederick Broan Harris comentó, "el pez pequeño llevó a los gigantes de mar hasta su muerte. Llegaron a un final violento al perseguir metas pequeñas, al cambiar sus vastos poderes por objetivos insignificantes."2
¿Con qué frecuencia en la vida "las pequeñas cosas" pueden parecer muy insignificantes. Por ejemplo, el adolescente que fuma su primer cigarrillo probablemente razona consigo mismo, "Un cigarrillo no me perjudicará," sin imaginarse que se hará adicto a la nicotina. Lo mismo es cierto para el alcohólico y el drogadicto. Una bebida no lastimará a nadie, o una droga nunca perjudicará, sin jamás imaginar que acabarían como adictos sin esperanza.
Así también, hay aquellos de nosotros quienes nos orgullecemos porque no somos adictos a ninguna sustancia, pero permitimos que nuestras vidas sean consumidas por tantas cosas pequeñas que por sí mismas son inofensivas pero nos alejan del propósito que Dios tiene para nuestras vidas.
Con gran frecuencia incluso las cosas buenas se convierten en el enemigo del bien al tratar de obstaculizar o detenernos para convertirnos en todo aquello que Dios ha previsto para nosotros.
Vivamos de manera que al final cuando nos reunamos cara a cara con Dios no tengamos nada de qué arrepentirnos, pero podamos escuchar sus palabras de bienvenida, "Bien hecho, siervo bueno y fiel, entra en el gozo de tu Señor." Cómo vivamos hoy determinará cuál será ese resultado.
Se sugiere la siguiente oración: "Querido Dios, por favor, dame el buen sentido para saber que mi vida aquí es sólo un viaje y una preparación para la eternidad. Ayúdame a saber cuál es tu propósito para mi vida y a vivirla de manera que no tenga de que arrepentirme cuando sea llamado a casa, pero escuché tus palabras, 'bien hecho, siervo bueno y fiel.' Gracias por escuchar y responder a mi oración. Con gratitud, en el nombre de Jesús, amén."
1. Cantares 2:15.
2. John C. Maxwell, Desarrollando al Líder dentro de usted. (Nashville: Thomas Nelson Publishers, 1993), 31. Citado en http://www.sermons.com/.
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