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Encuentros Diarios
Noviembre 03, 2017
Lecciones del sufrimiento - Primera parte
"Ustedes no han sufrido ninguna tentación que no sea común al género humano. Pero Dios es fiel, y no permitirá que ustedes sean tentados más allá de lo que puedan aguantar. Más bien, cuando llegue la tentación, él les dará también una salida a fin de que puedan resistir."1
Hace más de cien años, un pobre y solitario niño llego de Alemania a los Estados Unidos. Su primer trabajo fue por cuatro dólares a la semana como ayudante en una pequeña tienda en Ohio. Puesto que el propietario le permitía dormir por la noche en la bodega del almacén sin pagar ningún alquiler, esto le permitió guardar un dólar a la semana.
Su siguiente trabajo fue en un banco por ocho dólares a la semana. Aquí durmió en un desván en el ático del banco y continuó guardando todo lo que pudo. Un día vio algunos instrumentos musicales a la venta y esto le recordó cómo él y su amigo en Alemania solían hacer tales instrumentos. Así que envió todos los ahorros de su vida - 700 dólares - a sus amigos en Alemania y estos le enviaron un cargamento de sus instrumentos.
El primer envío se vendió muy rápidamente. Envió por más y estaba en camino a convertirse en un exitoso hombre de negocios. El negocio de este muchacho eventualmente comenzó a fabricar instrumentos musicales como pianos, órganos, cajas de música y pianolas. Se convirtió en un negocio de millones de dólares. ¿Nombre del niño? Rudolph Wurlitzer. Lo más probable es que si este muchacho no hubiese estado solo y sin dinero, no habría llogrado lo que hizo. Su situación tan dificil generó la motivación que le hizo tener éxito.
Así es la vida. Porque vivimos en un mundo pecaminoso, tiempos difíciles, dificultades económicas, los reveses de negocio, enfermedades, dolores, penas y crisis nos llegan a todos en algún momento. Cuando lo hacen, a menudo sentimos que hemos recibido un revés y hemos fracasado. Sin embargo, el único fracaso verdadero en la vida es el no levantarse una vez más de las que hemos caído.
Los Chinos tienen dos símbolos para la palabra crisis: uno significa peligro y el otro significa oportunidad. ¡Están en lo correcto! En cada crisis existe el peligro de convertirse en el mejor o de amargarse o de ser derrotado o aceptar la oportunidad para el crecimiento. La pregunta es: ¿Cómo podemos cambiar las crisis y el sufrimiento en oportunidades?
En primer lugar, necesitamos darnos cuenta de que tenemos una opción. Nuestras dificultades pueden amargarnos o hacernos mejores personas. Pueden convertirse en un obstáculo o un peldaño. Nos pueden hacer resentidos o podemos ver en ellas una oportunidad para ser creativos. La elección, sin embargo, es nuestra.
Continuara. . .
Se sugiere la siguiente oración: "Querido Dios, gracias porque tu palabra me asegura que en todo sufrimiento tú proporcionarás una forma para ayudarme a hacerle frente. Ayúdame a siempre encontrar ese camino y, al hacerlo, convertir mis crisis en oportunidades para crecer y convertirme en una persona más saludable, más feliz y más madura. Gracias por escuchar y responder a mi oración. Con gratitud, en el nombre de Jesús. Amén."
1. Corintios 10:13 (NVI).
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