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Encuentros Diarios
Febrero 26, 2019
Viviendo plenamente; amando plenamente - Primera parte
"Por lo tanto, abandonando toda maldad y todo engaño, hipocresía, envidias y toda calumnia. Deseen con ansias crecer en su salvación."1
Como lo he dicho a menudo, para la edad de cinco años ya había aprendido que "los hombres fuertes" no lloran por lo que aprendí temprano en la vida a guardar y negar mis emociones, y para cuando tuve treinta y cinco, sufría de una miserable fiebre de heno y de bursitis en ambos hombros y no podía levantar mis brazos por encima de mis hombros sin sentir dolor. Y lo que es peor, si bien tuve muchos amigos, las relaciones estrechas eran inexistentes. Mi matrimonio de 25 años, resultó ser un desastre. Dos personas reprimidas que viven juntas no es una relación sana; de hecho, no tienen un tipo de relación significativa. Viven juntos pero emocionalmente aparte.
A pesar de que en lo profesional me estaba yendo bien, en mi relación estaba totalmente perdido. Por otra parte, constantemente sentía un vacío emocional y no tenía la más mínima idea de cuál era mi problema. Sólo sabía que necesitaba ayuda. Había crecido con la creencia de que los sentimientos no eran importantes y no podía confiar en ellos. A pesar de ello, caí frustrado de rodillas y le pedí a Dios que de alguna manera él me regresara algunos de esos sentimientos. Parece increíble, pero esa oración le dio un giro a mi mundo e hizo que el orar por paciencia pareciere un picnic de escuela dominical. El poder romper mis defensas fue muy doloroso.
Mi recuperación y la curación emocional no sucedieron de la noche a la mañana, pero las buenas noticias son que en cuanto aprendí a romper mis defensas y me puse en contacto con mis verdaderas emociones y aprendí a cómo expresarlas de manera creativa, con el tiempo mi vida cambió drásticamente. Además mi bienestar físico también mejoró drásticamente.
Muchos de nuestros males físicos pueden ser simbólicos. Por ejemplo, cuando guardo mis lágrimas ¿a dónde van? Para mí aparentemente se expresaban en la miserable fiebre de heno que padecí por muchos años. Digo esto porque cuando fui capaz de soltar el llanto por todos esos años de dolorosas heridas, me cure de la fiebre del heno y no la he vuelto a sufrir desde entonces. Y cuando aprendí a manejar toda esa ira y dolor que llevaba guardados por años, también fui curado de la dolorosa bursitis en mis hombros y ese dolor nunca se ha vuelto a repetir. Y cuando fui capaz de resolver muchos miedo que llevaba guardados y que fueron causados por dolorosas experiencias del pasado, mis relaciones interpersonales mejoraron de forma increíble.
De hecho, estoy físicamente mas sano ahora que cuando era joven, y ahora estoy en un matrimonio que me complementa y me hace feliz. Siento que ahora estoy en camino a una vida completa y llena de amor. Mi vida profesional también es muy gratificante.
Tal vez no suene refinado, pero la verdad es que los sentimientos que guardamos, también llenan nuestras vidas. Literalmente.
Tal vez se pregunten, ¿cómo resolví todos mis problemas personales? Desearía tener un simple programa de tres pasos, pero no fue así. Creo en los milagros, pero no en la magia - milagros toma mucho más tiempo. No existe tal cosa como una solución rápida. Nos toma años llegar a ser quiénes somos y eso no se deshace de la noche a la mañana. Sin embargo, los siguientes son algunos principios que le pueden ayudar.
Continuará. . .
Se sugiere la siguiente oración: "Querido Dios, como lo instruye tu Palabra, ayúdame a: 'deshacerme de mis sentimientos de odio (y todas las formas de odio sin resolver); a dejar de pretender que soy bueno en apariencia, y a dejar atrás la deshonestidad, la decepción, la envidia, y el fraude. . . y ayúdame a crecer en salvación.' Ayúdame Dios mío. Gracias por escuchar y responder a mi oración. Con gratitud, en el nombre de Jesús, amén."
1. 1 Pedro 2:1-2 (NTV).
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