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Encuentros Diarios
Enero 24, 2018
Los que dan y los que toman
La Biblia dice, "Recuerden esto: El que siembra escasamente, escasamente cosechará, y el que siembra en abundancia, en abundancia cosechará. Cada uno debe dar según lo que haya decidido en su corazón, no de mala gana ni por obligación, porque Dios ama al que da con alegría. Y Dios puede hacer que toda gracia abunde para ustedes, de manera que siempre, en toda circunstancia, tengan todo lo necesario, y toda buena obra abunde en ustedes."1
Algunos tele-evangelistas afirman que si uno les dona generosamente (a su Ministerio por supuesto), Dios les bendecira enormemente con riqueza. Pero, ¿es esto cierto? De acuerdo a las escrituras de hoy si damos el diezmo y lo damos generosamente y de corazón a Dios, esto es algo que agrada a Dios, pero la bendición que Dios nos promete es que nuestras necesidades se cumplirán—no que seremos ricos—y como tal las buenas obras abundaran; es decir, nos enriqueceremos de buenas obras.
Es verdad que Dios ha bendecido con gran éxito financiero a muchas personas de negocios quienes son muy capaces y generosos, a su vez estas personas han dado mucho a la obra de Dios. Sin embargo, la importante lección que todos tenemos que aprender, es que tenemos que dar a la obra de Dios en agradecimiento a Él y a Jesús por haber dado su vida para morir en la Cruz y así pagar el precio por todos nuestros pecados—no por lo que podamos obtener—sino para enriquecernos en buenas obras—buenas obras que glorificarán a Dios.
Para decirlo sin rodeos: en la vida hay personas que dan y personas que toman. Los donadores dan alegremente de todo lo que tienen, incluso si es sólo amistad, apoyo y servicio—y siempre cosechan una recompensa y se enriquecen como personas. Las personas que toman, siempre están listos para ver lo que puede obtener para sí mismos, siempre serán paupérrimos como personas, sin importar que tan ricos puedan llegar a ser o no financieramente.
Se sugiere la siguiente oración: "Querido Dios, por favor, ayúdame a ser un donante en todos los ámbitos de la vida, incluso de mis finanzas y así enriquecer y tener abundancia de buenas obras. Que siempre pueda dar alegremente lleno de agradecimiento por todo los que has hecho por mí. Asimismo, ayúdame a ser prudente en todo lo que hago y a estar seguro de que te estoy sirviendo y estoy dando a tu trabajo en la tierra. Gracias por escuchar y responder a mi oración. Con gratitud en el nombre de Jesús, amén."
1. 2 Corintios 9:6-8 (NVI).
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