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Encuentros Diarios
Mayo 23, 2019
Viendo lo Invisible
"Los cielos cuentan la gloria de Dios; y el firmamento anuncia la obra de sus manos. Un día comunica el mensaje a otro día, y una noche a otra noche declara la noticia. No es un mensaje de palabras ni es oída su voz."1
En A Slice of Infinity Betsy Childs escribe, ¿Están sentados? Si así es, tal vez estén bajo la impresión de que están sentados sin moverse, pero la realidad es que están en movimiento continuo. Me refiero a la rotación de la Tierra; en el curso de un día, nuestro planeta gira en su eje a una velocidad de 1000 millas por hora. Y también está la órbita de la Tierra; viajamos aproximadamente 67,000 millas por hora para lograr dar la vuelta al sol en un año. ¿Se están sintiendo mareados?
"No podría estar más quieto de lo que estoy en este momento sentado frente a mi monitor. Pero a pesar del hecho de que no siento que me este moviendo, se que lo estoy haciendo. Veo los efectos todos los días en la salida y la puesta del sol."2
Nunca he visto la electricidad pero sé que existe por sus numerosos efectos que se ven cada día en la iluminación, calefacción, aire acondicionado, haciendo que funcionen todo tipo de aparatos—y en "diez mil" otros usos.
No conozco a alguna persona educada que no crea en la rotación de la Tierra o en la electricidad a pesar que no podemos ver ni uno ni otro—o las miles de cosas que afectan nuestra vida diaria y que no las podemos ver a simple vista. Pero muchos dicen que no creen en Dios porque nunca lo han visto o no pueden sentir su presencia.
Sin embargo, se queremos creer en Dios, veremos pruebas de su existencia en todas partes. Como lo dice la Palabra de Dios, "Los cielos cuentan la gloria de Dios." Y como lo dijo Helen Keller, "No hay nadie más ciego que aquellos que no quiere ver."
Básicamente, vemos sólo lo que queremos ver, escuchamos sólo lo que queremos escuchar, recordamos sólo lo que queremos recordar, y creemos en lo que queremos creer. El creer o no creer en Dios es tal vez más que nada una decisión moral. Si elegimos creer en Dios, sabemos que somos moralmente responsables. Si elegimos el no creer en Dios, nos engañamos a nosotros mismos al pensar que podemos vivir como nos venga en gana sin ninguna consecuencia.
Sin embargo, el no creer en Dios no altera su realidad más que el negarse a creer en la electricidad y tomar con la mano un clave de alta tensión. El resultado final de ambos es la muerte—una muerte física inmediata, la otra una muerte espiritual la cual, al final de esta vida, es la separación eterna de Dios, el autor de todo el amor y la vida.
A todos se nos da una elección acerca de Dios ya sea el creer o el no creer. Y como hace tiempo Josué les dijo a los antiguos Israelíes, "Escojan hoy a quien servirán."3
Se sugiere la siguiente oración: "Dios mío, por favor abre mis ojos al conocimiento para que pueda ver la realidad de tu existencia y elija de manera genuina el creer en ti y servirte. Gracias por escuchar y responder a mi oración. De todo corazón en el nombre de Jesús, amén."
1. Salmo 19:1-3 (NIV).
2. A Slice of Infinity, "The Invisible Pull" por Betsy Childs. © 2006 Ravi Zacharias Ministerios Internacionales. Derechos reservados. http://www.rzim.org/index.php
3. Josué 24:15.
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