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Encuentros Diarios
Noviembre 16, 2018
Metas insignificantes
"Y mantengas la fe y una buena conciencia. Por no hacerle caso a su conciencia, algunos han naufragado en la fe."1
"Hace algunos años, un titular comentó acerca de 300 ballenas que murieron repentinamente. Las ballenas perseguían sardinas y se encontraron varadas en una bahía. Frederick Harris comentó: 'los pequeños peces llevaron a los gigantes del mar a su muerte. Llegaron a una desaparición violenta por persiguiendo metas pequeñas, por degradar poderes inmensos por objetivos insignificantes.'"2
Durante años les he preguntado a numerosas personas en muchos grupos cuántos de ellos creen que Dios tiene un propósito para su vida. Casi todas las manos se levantan. Pero cuando les pregunto cuáles son esos propósito que Dios tiene para sus vidas, muy pocos tienen alguna idea. Recibo muchas generalidades vagas, pero muy pocos tienen un propósito de vida claramente definido.
Si no sabemos específicamente hacia donde nos dirigimos en la vida, en lugar de hacer que la vida pase, permitimos que la vida nos haga al ir pasando. Es decir, en lugar de dirigir nuestra vida, somos dirigidos por las circunstancias de la vida. Somos como un barco sin timón con ningún sentido real de dirección, desperdiciando el potencial que Dios nos ha dado persiguiendo la felicidad, las riquezas u objetivos insignificantes. Al menos que sepamos hacia dónde vamos, existe el peligro de que, cómo las ballenas, podamos naufragar en nuestra fe o incluso en nuestra vida.
Se sugiere la siguiente oración: "Dios mío, muchas gracias por tener un propósito de vida para mi vida. Por favor, ayúdame a descubrir lo que es y, con tu ayuda, hacer todo a mi alcance para lograr ese propósito. Gracias por escuchar y responder a mi oración. Con agradecimiento, en el nombre de Jesús, amén."
1. 1 Timoteo 1:19 (NLT).
2. John C. Maxwell, Developing the Leader Within You, (Nashville: Publicaciones Thomas Nelson, 1993), p. 31.
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