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Encuentros Diarios
Noviembre 26, 2018
La ballena - Gratitud
“Cristo nos libertó para que vivamos en libertad. Por lo tanto, manténganse firmes y no se sometan nuevamente al yugo de esclavitud de la ley.”1
“Si usted leyó este artículo de primera plana en las Crónicas de San Francisco, habrá leído acerca de una ballena jorobada hembra que se había enredado en una telaraña de trampas de cangrejos y líneas de pescar. Tenía sobre ella cientos de kilos de trampas lo que le causó que luchara constantemente para mantenerse a flote. También tenía cientos de metros de cuerda de la línea envuelta alrededor de su cuerpo, su cola, su torso, y una línea en su boca.
“Un pescador la vio justo al este de las islas Farallón (a las afueras del Golden Gate en San Francisco) y llamó por radio a un grupo del medio ambiente buscando ayuda. A las pocas horas, el equipo de rescate llegó y se determinó que estaba tan mal, que la única manera de salvarla era el bucear hacia ella para remover las líneas y así liberarla.
“Durante horas trabajaron con cuchillos curvos y, finalmente, la liberaron. De acuerdo a los buzos en cuanto quedó libre ella nadó en lo que parecían círculos de alegría. A continuación, regresó con los buzos y uno a la vez, les dio un gentil codazo, empujándolos suavemente como si les estuviese dando las gracias. Algunos dijeron que fue la experiencia más increíble y bella de su vida. El hombre que cortó la cuerda de su boca, dijo con ella lo siguió con los ojos todo el tiempo, y él nunca será el mismo.”2
Cuando nos damos cuenta de que las cadenas del pecado, a menos que nos liberemos de ellas por medio de Jesucristo, nos llevarán a una eternidad perdida, nuestros ojos se abrirán para que podamos ver que Jesucristo es el único que nos puede liberar y salvar para toda la eternidad. Cuando permitamos que Jesús nos libere, nosotros tampoco volveremos a ser los mismos.
Se sugiere la siguiente oración: “Querido Dios, gracias porque tú eres el único que me puede liberar de las cadenas del pecado, por favor úsame para ayudar a traer a otros a ti para que ellos también puedan ser liberados de las cadenas del pecado. Gracias por escuchar y responder a mi oración. Con gratitud en el nombre de Jesús, Amén. "
1. Gálatas 05:01 (NVI).
2. Reportado en el diario Crónicas del San Francisco. Fecha desconocida.
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