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Encuentros Diarios
Mayo 02, 2018
¿Eres la esposa de Dios?
“La religión pura y sin mancha delante de Dios nuestro Padre es ésta: atender a los huérfanos y a las viudas en sus aflicciones, y conservarse limpio de la corrupción del mundo.”1
Según un artículo supuestamente escrito por Leo Buscaglia, “En un día frío de diciembre, hace algunos años: Un niño pequeño, de unos 10 años de edad, estaba parado frente al aparador de una tienda de zapatos, descalzo, mirando por la ventana y temblando de frío.
“Una señora se acercó al chico y le dijo: ‘Pero mira, si estás tan pensativo mirando profundamente el aparador.’
“Le estaba pidiendo a Dios que me diera un par de zapatos,” fue la respuesta del niño.
“La señora lo tomó de la mano, entró en la tienda, y le pidió al empleado que le diera media docena de pares de calcetines para el niño. A continuación, le pidió si podía darle un recipiente con agua y una toalla. El empleado rápidamente se los trajo.
“Ella llevó al niño a la parte trasera de la tienda y, tras quitarse los guantes, se arrodilló, le lavó sus pequeños pies, y los secó con la toalla.
Para entonces, el empleado había regresado con los calcetines. Puso un par en los pies del niño, y después le compró un par de zapatos.
“Ella ató los pares restantes de calcetines y se los dio al chico. Le dio una palmada en la cabeza diciéndole: ‘Sin duda alguna te has de sentir más cómodo ahora.’
“Al darse la vuelta para alejarse, el sorprendido niño la tomó de la mano, y mirándola a la cara, con lágrimas en los ojos, preguntó: “¿Es usted la esposa de Dios?’”2
Se sugiere la siguiente oración: “Querido Dios, abre los ojos de mi corazón para que siempre que haya una necesidad urgente en mi camino, la vea—y ayudar con ella. Y dondequiera que haya una herida, por favor ayúdame a sanarla. Gracias por escuchar y responder a mi oración. Con gratitud en el nombre de Jesús, Amén.”
1. Santiago 1:27.
2. Leo Buscaglia.
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