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Encuentros Diarios
Agosto 27, 2018
Lo que veo es lo que soy
“¿Por qué miras la paja en el ojo de tu hermano y no echas de ver la viga en tu propio ojo?”1
Ken Crockett, en su libro, Una vez fui ciego, pero ahora entrecierro los ojos, comparte la experiencia del Pastor Ed Manning quien le relató sobre “una situación cuando una mujer se le acercó para hacerle una pregunta. A medida que se acercaba a él, el pastor echó la cabeza hacia atrás para mirar a través de los bifocales en sus lentes para poder enfocarse en ella mas claramente. ‘Y aquí va de nuevo!’ explotó la mujer. ‘levanta la nariz por lo alto (mete la nariz en el aire) cada vez que hablo con usted, ¿quién se cree que es? ¡Estoy harta de su actitud arrogante!’
“Manning quedó sorprendido por su arrebato de ira. ‘Usted no entiende,’ le explicó. ‘No estoy metiendo la nariz en el aire. Simplemente que no la puedo ver cuando se acerca a mí. Estoy inclinando mi cabeza hacia atrás para poder verla a través de la mitad inferior de mis bifocales’”2
¿Suena familiar?
Blaise Pascal dijo: “Vemos las cosas no sólo desde diferentes lados, pero con diferentes ojos.” O para decirlo de otra manera, “no vemos las cosas como son, sino como somos.”
Por ejemplo, si tengo ira sin resolver, voy a ver las cosas con ojos furiosos y críticos. Si tengo miedos sin resolver, voy a ver las cosas con ojos temerosos. Si tengo una actitud negativa, voy a mirar las cosas con ojos negativos. Si yo soy inseguro, voy a ver las cosas con ojos inseguros. Si soy una persona celosa, voy a ver las cosas con ojos celosos. Si yo soy un tramposo, voy a ver las cosas a través de los ojos de un tramposo, y así sucesivamente.
Vea lo que vea—mi forma de ver siempre será torcida para que coincida con mi percepción distorsionada de la realidad y, al hacerlo, voy a racionalizar todos mis pensamientos y justificar todas mis acciones. Una forma muy poco saludable y contraproducente para vivir.
Es de extrañar que Jesús dijera que si vamos a ver las cosas como son, tenemos que ver la viga en nuestro ojo y deshacernos de ella. Es cierto, lo que veo es quien soy yo. Es igualmente cierto, si soy una persona cariñosa, voy a ver las cosas con ojos de amor.
Se sugiere la siguiente oración: “Querido Dios, por favor, abre mis ojos para que pueda ver claramente quién soy—con todas mis imperfecciones—y ayúdame a deshacerme de las pajas y todas las vigas en mi ojo para que pueda así ver la verdad tal como es y no como yo quiero distorsionarla o deseo que sea. Gracias por escuchar y responder a mi oración. En el nombre de Jesús, amén.”
1. Mateo 7:3 (NIV).
2. De Una vez fui ciego, pero ahora entrecierro los ojos, de Kent Crockett, (sólo en inglés) Publicaciones AMG/Living Ink. Vea http://tinyurl.com/8kesa.
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