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Mayo 02, 2023

“La paz les dejo; mi paz les doy. Yo no se la doy a ustedes como la da el mundo. No se angustien ni se acobarden.”¹

En su libro, Paz mental, Joshua Liebman escribe sobre una experiencia que tuvo cuando aún era un niño. “Hice una lista de los bienes supremos de la vida,” dijo Liebman. “Fui con un sabio mentor y le mostré la lista esperando ser alabado por mi precocidad. La lista era algo como esto... salud, amor, talento, riqueza, belleza y fe. Mientras compartía la lista con el sabio anciano, él tomó un lápiz, y con mucho cuidado trazó una línea a través de todas las cosas que tenía en la lista. Él dijo: “Joven, usted puede tener todo esto—salud, amor, fe, riqueza, belleza—pero todos ellos se volverán enemigos en vez de amigos a menos que usted tenga algo que ha olvidado.” Luego escribió en el papel, “El don de una mente tranquila.”²

Por lo que he leído y oído, parece que muchas personas (por lo menos en nuestra sociedad moderna) se ven afectadas por depresión, angustia, preocupación, ansiedad, miedo, y las relaciones problemáticas. Y (en comparación con el resto del mundo) tenemos casi todos los beneficios materiales y el confort humano que queremos, excepto que muchos no tenemos paz mental.

Hay dos tipos de paz que todos necesitamos para vivir plenamente. La primera y más importante de todo, es la paz espiritual y la paz con Dios, saber que nuestros pecados son perdonados, nuestra culpa se ha ido, y tenemos la promesa de Dios de una casa en el cielo por toda la eternidad. Este don de Dios es totalmente gratuito y viene de admitir nuestros pecados y aceptar a Jesús como nuestro Salvador. Para obtener ayuda, lea "Cómo estar seguro de ser un verdadero cristiano", en: http://www.actsweb.org/sp/conocer_a_dios1.php.

Al otro tipo de paz podríamos llamarle la paz emocional o relacional. Esto viene del resolver las relaciones con problemas, del perdonar a todo aquel que alguna vez nos hizo daño, y del resolver todas las emociones negativas, sobre todo las emociones negativas reprimidas súper recargadas las cuales son destructivas tanto para el bienestar emocional como para el bienestar físico y extremadamente destructivas en las relaciones personales. La Biblia también nos enseña a eliminar (no denunciar o rechazar) todos los sentimientos de odio y todas las emociones negativas.³

Hay que hacer nuestra parte para vivir en paz. Quiza renovando nuestra relacion con Dios para tener la paz espiritual o hacer nuestra parte en encontrar paz en nuestras relaciones con los demas.