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Encuentros Diarios
Agosto 20, 2021
Conciencia
“Entonces le remordió a David la conciencia por haber realizado este censo militar, y le dijo al Señor: ‘He cometido un pecado muy grande. He actuado como un necio. Yo te ruego, Señor, que perdones la maldad de tu siervo.’”1
No estoy seguro de la razón por la cual Dios no quería que David hiciera un recuento de sus “fuerzas armadas” a menos que fuera porque Dios quería que David permaneciera dependiente de él y no en su poderío militar. En cualquier caso, David fue en contra de las directivas de Dios y le remordió la conciencia.
La conciencia puede ser algo complicado. Nadie nace sabiendo lo que está bien o mal, pero si con la capacidad de aprender esto. La palabra “conciencia” está compuesta por el prefijo “con” y el prefijo “ciencia” que significa “conocimiento" y literalmente significa “con conocimiento.”
Al nacer, nuestra conciencia era como una cinta en blanco, que fue programada por aquellos que le dieron forma a nuestra niñez. Si usted creció dentro de un hogar, iglesia, o grupo religioso rígido y legalista, lo más probable es que tenga una conciencia rígida, legalista y punitiva. Algunas de estas personas se sienten tan controladas, restringidas y sofocadas que terminan por rebelarse en su contra o incluso acallan su conciencia. Por otro lado, si usted se crió en un ambiente muy liberal, puede hacer algunas cosas que la Palabra de Dios enseña que son erróneas y no sentir ni una punzada de remordimiento.
Como resultado de la carencia de enseñanza, algunos de nosotros a veces nos sentimos culpables (con remordimientos de conciencia) cuando no deberíamos y no sentimos remordimientos de conciencia, cuando deberíamos.
Como adultos, para tener una conciencia sana muchos de nosotros necesitamos desprogramar el legalismo y la carencia de enseñanza que recibimos en el pasado, y reprogramar nuestra conciencia con conocimientos basados en lo que la Palabra de Dios enseña, para que sepamos lo que está bien y lo qué está mal para que nuestros sentimientos ya no nos confundan, controlen o nos lleven por mal camino.
Se sugiere la siguiente oración: “Querido Dios, a veces me siento confundido así que por favor ayúdame a saber siempre lo que es correcto y dame el valor para hacerlo. Y ayúdame a reconocer las cosas malas que no debo de hacer, y la sabiduría y la fuerza para no hacerlas—basándose en la verdad de tu Palabra y no sobre la base de cómo me sienta. En el nombre de Jesús, amén.”
1. 2 Samuel 24:10 (NVI).
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