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Encuentros Diarios
Mayo 10, 2018
Temor Desafiante
"En el amor no hay temor, sino que el amor perfecto echa fuera el temor. El que teme espera el castigo, así que no ha sido perfeccionado en el amor."1
La mayoría de nosotros luchamos con el temor de una clase o de otra, en algún momento o en otro—a veces poco y a veces mucho, a veces saludable y a veces no saludable y auto destructivo.
Un temor saludable es un mecanismo autodefensivo. Tememos (o debemos) el pasarnos una luz roja, o hacer cualquier cosa que nos pueda lastimar a nosotros o a otros. Un temor no saludable es el que puede se causado por alguien que nos lastimo profundamente, y especialmente cuando lo ocultamos o negamos. Esta clase de temor se puede convertir en una ansiedad flotante y puede causarnos temor hasta del diario vivir, separarnos de relaciones cercanas y causar soledad, darnos ulceras u otros problemas de salud, o causarnos que lo escondamos y "protegernos" con enojo.
Los temores que pueden ser relativamente inofensivos normalmente se pueden vencer al hacer aquello que nos causa temor y de esa forma reacondicionamos nuestra respuesta a aquello que tememos en particular.
Temores no saludables y auto destructivos deben de ser tratados desde la raíz de su causa. Por ejemplo, una persona quien sufrió abuso o abandono en su infancia posiblemente temerá ser tratado de la misma forma en su edad adulta. Y por alguna extraña razón, a menos que encare y resuelva su temor, tendrá la tendencia de alejarse de sus relaciones cercanas o ser atraída(o) a personas que repetirán el abuso o abandono que experimento en el pasado. Tristemente las cosas que fallamos en resolver estamos destinados a repetir.
Como la Escritura de hoy nos dice, "El hombre (o persona) que teme, no a sido perfeccionado en el amor." Así que para ser perfeccionado en el amor, necesitamos resolver cualquier temor no saludable. Para hacer esto, estos temores deben ser reconocidos y si han sido reprimidos necesitamos traerlos conscientemente a nuestra memoria para que puedan ser confrontados y resueltos.
Pon atención a los síntomas en tu vida. ¿Evitas relaciones cercanas? ¿Está tu vida llena de ansiedad? ¿Eres una persona iracunda (enojona)? ¿Tienes amistades cercanas deficientes? ¿Está tu matrimonio en la ruina? Si alguno de estos aplica a ti, es posible que tengas temor no resuelto en tu vida. Así que cuando ores, admite a Dios estos o cualquier otro síntoma y pídele que te de el valor para ver la raíz de la causa de estos temores—y que te guie a la ayuda que necesitas para vencerlos. Si los temores están ocultos, puede ser que necesites ayuda profesional de un consejero para poder vencer. Hablando en lo personal, el temor oculto era un gran problema en mi vida hasta que me di cuenta que a menos que me metiera a terapia para resolver mi temor, estaría huyendo del amor por el resto de mi vida.
Así cómo resolvemos nuestros temores no saludables, abrimos nuestro corazón al amor y lo más que nos llenamos del amor de Dios, lo menos temerosos que seremos, porque el perfecto amor echa fuera todo temor.
Oración sugerida: "Querido Dios, por favor ayúdame a encarar la raíz de la causa de cualquier y todo temor que pueda yo tener y guíame a la ayuda que necesito para vencerlos para que pueda yo ser liberado para conocer y experimentar tu amor, el cual es la única y más grande protección contra el temor. Gracias por escuchar y contestar mi oración. Te agradezco. En el nombre de Jesús, amen."
1. 1 Juan 4:18 (NVI).
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