|
Encuentros Diarios
Octubre 25, 2018
El Poder de Tomarse la Mano
Robert Faughum sugirió, "Piense en que mejor fuera el mundo si todos nosotros — el mundo entero — tuviera galletas con leche a las 3 de la tarde todos los días, y luego nos acostáramos con nuestras cobijas para un siesta. O si tuviéramos una póliza básica en nuestra nación, y en otras naciones, de siempre poner las cosas de nuevo donde las encontramos, y limpiar después de nosotros mismos.
"Y sigue siendo cierto, no importa qué edad tenga, cuando sale y entra en el mundo, es mejor tomarnos de la mano y mantenernos juntos."
Tuve un amigo querido quien conocí en el kínder. Pasamos por la escuela y colegio tecnológico juntos. Habíamos pasado por servicio nacional juntos, y aunque por muchos años vivimos a miles de millas el uno del otro, nunca perdimos contacto. Hace poco tiempo mi amigo cayó en tiempos difíciles, se desanimo y se deprimió y, en vez de extender la mano y recibir ayuda, se alejo solo y se quito la vida. Que pérdida tan trágica. Qué triste es cuando, en nuestra hora de necesidad, como adultos, se nos olvida tomarnos de la mano.
Todos tenemos áreas de debilidad así que todos necesitamos el apoyo de algunos amigos con quienes nos sintamos seguros, quienes no nos juzguen, condenen o rechacen, y nos amaran y aceptaran tal como somos. Ninguno de nosotros puede hacerlo solo. Fuimos creados para relaciones. Todos necesitamos el uno del otro. Aun Jesús, al comienzo de su ministerio en la tierra, escogió "los doce" discípulos para que estuvieran con él. ¿Cuánto más necesitamos nosotros tener amigos quienes estén con nosotros?
Una razón que caemos es porque tratamos de hacer las cosas solos. Dios nunca quiso que lo hiciéramos solos. Todos necesitamos el uno del otro para apoyo, y mientras admitamos nuestras necesidades, confesemos las áreas de nuestras debilidades, y sigamos tomándonos las manos, no es probable que caigamos porque ayudamos a sostener el uno al otro.
"Más valen dos que uno, porque obtienen más fruto de su esfuerzo. Si caen, el uno levanta al otro. ¡Ay del que cae y no tiene quien lo levante! Si dos se acuestan juntos, entrarán en calor; uno solo ¿cómo va a calentarse? Uno solo puede ser vencido, pero dos pueden resistir. ¡La cuerda de tres hilos no se rompe fácilmente!"1
Oración sugerida: "Querido Dios, por favor dame algunos amigos quienes me conocen tal como soy y me sigan amando — amigos con quien pueda compartir abiertamente y honestamente, reír, llorar, trabajar, jugar y servirte, y amigos quienes me sostengan cuando me sienta muy desanimado para poder estar de pie yo solo. Gracias por escuchar y contestar mi oración. Te agradezco. En el nombre de Jesús, amen."
1. Eclesiastés 4:9-12 (NVI).
<:))))><
|
|