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Encuentros Diarios
Noviembre 15, 2018
El Poder del Valor
"Ya te lo he ordenado: ¡Se fuerte y valiente! ¡No tengas miedo ni te desanimes! Porque el Señor tu Dios te acompañará dondequiera que vayas."1
Cuando ella solo tenía diecinueve meses de edad, Helen Keller sufrió una enfermedad que la dejo ciega y sorda. Pronto tampoco pudo hablar. Para la edad de siete años ella estaba extremadamente frustrada por su inhabilidad de comunicarse. Afortunadamente, sus padres pudieron contratar a una maestra de veinte años a que viniera a vivir con ellos.
La maestra, Anne Sullivan, era una persona muy capaz y amable y ella pudo poner en Helen valor por medio de enseñarle a comunicarse con el uso de sus dedos.
Helen fue muy animada, aprendió a leer por medio del Braille y entonces leía todo lo que le venía a la mano.
Ella desesperadamente quería recibir un diploma de una universidad y, pasando los exámenes para entrar a Radcliffe, les rogo a los oficiales que le permitieran traer a Anne Sullivan con ella para que le tradujera las lecturas a su código manual. La siguiente es parte de lo que ella le escribió a la oficina de admisiones:
"Yo reconozco que los obstáculos que están en el camino a recibir mi educación universitaria son muy grandes — para otros aun puedan parecer insuperables; pero, querido Señor, un soldado verdadero no reconoce derrota antes de la batalla."
Helen fue admitida y se graduó con altos honores. Ella entonces paso el resto de su vida ayudando a mejorar el futuro de y poner valor en otras personas discapacitadas en su hogar y alrededor del mundo.
Es cierto, "¡Un soldado verdadero no reconoce derrota antes de la batalla!" Una buena palabra para hoy.
Oración sugerida: "Querido Dios, por favor dame el valor para enfrentar cualquier y toda batalla que quizás venga por mi camino sabiendo que tú estás conmigo y nunca me dejaras ni me desampararas. Gracias por escuchar y contestar mi oración. Te agradezco. En el nombre de Jesús, amen."
1. Josué 1:9 (NVI).
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