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Encuentros Diarios
Octubre 03, 2019
Disciplina vs. Castigo
Dios dijo, "Yo reprendo y disciplino a todos los que amo."1
Un niño de nueve años, de nombre Al, había desobedecido a su padre quien, como un disciplinario estricto, lo mando con una nota a la estación de policía en Londres. Cuando Al llego mas tarde de la hora permitida, su padre lo encontró en la puerta y le entrego una nota y dijo, "Lleva la nota a la cárcel."
Al estaba aterrorizado.
"El oficial, una amigo de su padre, abrió la nota, la leyó, y asintió con la cabeza. 'Sígueme.' El guio al niño asustado a una celda de la cárcel, abrió la puerta, y le dijo que entrara. El oficial cerró la puerta. 'Esto es lo les hacemos a niños que nos se portan bien,' el explico y se fue caminando… El tiempo en la celda solo duraba cinco minutos. Pero esos cinco minutos se sintieron como cinco meses. Al nunca olvidó ese día. El sonido de la puerta rechinando, seguido le decía a la gente, se quedo con el por el resto de su vida.
"El temor de perder el amor de un padre es igual a una cuota alta. Al paso el resto de su vida escuchando esa puerta rechinando. Esa prueba temprana de terror contribuyo a su devoción de por vida de crear lo mismo en otras personas. Pues Al — Alfred Hitchcock — hizo una carrera de asustar a la gente."2
Cierto, disciplina es importante, pero siempre necesita estar del tamaño del crimen. Algunos niños son afectados por vida a causa de castigo severo cuando eran niños. Otros quedan aterrorizados si fueron severamente golpeados o abusados. Es imperativo que los padres nunca disciplinen enojados porque eso es castigar, no disciplinar. La disciplina siempre tiene que ser en amor.
A aquellos quien ama Dios, los disciplina en amor — no castiga en enojo. Nosotros necesitamos hacer lo mismo con nuestros hijos.
Oración sugerida: "Querido Dios, gracias porque cuando tú me disciplinas siempre es en amor por mi y por mi bien estar. Ayúdame a hacer lo mismo cuando este disciplinando mis hijos. Que siempre sea en amor y nunca en enojo. Gracias por escuchar y contestar mi oración. Te agradezco. En el nombre de Jesús, amen."
1. Apocalipsis 3:19 (NVI).
2. De UpWords de Max Lucado, www.maxlucado.com
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