Encuentros Diarios
Septiembre 20, 2019
Decepción Propia
“¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo? ¿O como dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo, cuando está la viga en el ojo tuyo? ¡Hipócrita! Saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces veras claro para sacar la paja del ojo de tu hermano.”1
Tal vez hayan escuchado la historia acerca de la anciana quien, cuando estaba sentada en la sala de espera para su primera cita con un nuevo dentista, notó su diploma de Dentista, el cual llevaba el nombre completo del dentista.
De pronto recordó que un niño alto y guapo con cabello oscuro había estado en la misma clase en la preparatoria hacia unos 40 años. ¿Podría ser este el mismo chico que le había llamado tanto la atención años atrás?
Después de verlo, sin embargo, rápidamente descarto tal idea. Este hombre calvo y canoso con profundas arrugas estaba muy, muy viejo para haber sido su compañero de clases.
Después de que el termino de examinar sus dientes, ella le preguntó si él había asistido a la Preparatoria Morgan Park.
“Sí, Sí, Soy un Mustang de Morgan, dijo con orgullo.
“¿Cuándo se graduó?” Le preguntó la anciana
Él respondió, “en 1959. ¿Por qué lo pregunta?”
“¡Usted estaba en mi clase!” exclamó la mujer.
El la miro detenidamente y después preguntó, “¿Que clase enseñaba?”
Que fácil es, cuando nos encontramos a viejos amigos que no hemos visto por muchos años y pensamos en cuanto han envejecido, sin imaginar que tal vez ellos estén pensando lo mismo acerca de nosotros. E increíblemente que fácil es ver la “paja” en el ojo de los demás, pero no vemos la “viga” en nuestro propio ojo.
Se sugiere la siguiente oración: “Querido Dios, por favor ayúdame a ser realista conmigo mismo, con todos mis pecados y mis faltas para que no juzgue a los demás. Gracias por escuchar y responder a mi oración. De todo corazón en el nombre de Jesús, Amén.”
1. Jesús en San Mateo 7:3-5 (NIV).
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