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Encuentros Diarios
Febrero 20, 2019
La Belleza y El Significado de la Vida
"Consideré luego todas mis obras y el trabajo que me había costado realizarlas, y vi que todo era absurdo, un correr tras el viento, y que ningún provecho se saca en esta vida."1
Hablando acerca del significado y el propósito de la vida, un escritor perspicaz dijo, "No se trata de escribir gran libros, amasar una gran fortuna, o lograr tener gran poder. Se trata de amar y ser amado. Se trata de saborear la belleza de los momentos que no permanecen, las puestas de sol, las hojas cambiando de color, los pocos momentos de comunicación humana verdadera."
El Rey Salomón, uno de los hombres más sabios y más ricos de antes dijo acerca de su vida: "Realicé grandes obras: me construí casas, me planté viñedos, cultivé mis propios huertos y jardines, y en ellos planté toda clase de árboles frutales. También me construí aljibes para irrigar los muchos árboles que allí crecían. Me hice de esclavos y esclavas; y tuve criados, y mucho más ganado vacuno y lanar que todos los que me precedieron en Jerusalén. Amontoné oro y plata, y tesoros que fueron de reyes y provincias. Me hice de cantores y cantoras, y disfruté de los deleites de los hombres: ¡formé mi propio harén! No le negué a mis ojos ningún deseo, ni a mi *corazón privé de placer alguno, sino que disfrutó de todos mis afanes. ¡Sólo eso saqué de tanto afanarme! Consideré luego todas mis obras y el trabajo que me había costado realizarlas, y vi que todo era absurdo, un correr tras el viento, y que ningún provecho se saca en esta vida."2
Cuando reconocemos que la esencia de la vida no está en poder, rendimiento, o posesiones pero más bien en relaciones cariñosas — con ambos nuestro prójimo y con Dios — y en apreciar la belleza de su creación, y cumpliendo su propósito para nuestras vidas, habremos descubierto lo que a Salomón le tomo una vida entera aprender.
Oración sugerida: "Querido Dios, dame la sabiduría para entender que la belleza y el verdadero significado de la vida no se encuentra en poder, rendimiento, o posesiones, pero más bien en relaciones cariñosas las cuales anhela el corazón humano, y en amar y servirte a ti. Gracias por escuchar y contestar mi oración. Te agradezco. En el nombre de Jesús, amen."
1. Eclesiastés 2:11 (NVI).
2. Eclesiastés 2:4-8, 10-11 (NVI).
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