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Encuentros Diarios
Mayo 22, 2019
Fidelidad
El Apóstol Pablo, al final de la vida, dijo, "He peleado la buena batalla, he terminado la carrera, me he mantenido en la fe."1
Una de mis frases favoritas, que me gusta repetir de vez en cuando, es de Theodore Roosevelt quien dijo: "No es el crítico que cuenta; ni el hombre quien indica como tropezó el hombre fuerte, o donde el hacedor lo pudiera haber hecho mejor. El crédito le pertenece al hombre quien actualmente está en la arena de combate, de quien su cara está marcada con polvo y sudor y sangre; quien se esfuerza valientemente; quien se equivoca y cae corto vez tras vez; quien conoce los grandes entusiasmos, las grandes devociones; quien se invierte en una causa digna; quien, si falla, por lo menos falla atreviéndose grandemente, para que su lugar nunca será con aquellas almas tímidas quienes no conocen ni victoria ni derrota."2
No mucho tiempo antes de que un amigo cercano muriera de cáncer, yo le pregunte como se sentía tener cuarenta y cuatro años y estar en su situación. Entre un numero de cosas él dijo, "Me siento enojado porque había tanto más que me gustaría haber hecho con la vida. Me siento mal de haber estado tan ocupado y no haber pasado más tiempo con mi familia." Y luego, después de una pausa reflexiva el dijo, "No puedo dejar de pensar lo que he hecho con mi vida que realmente ha valido la pena."
Sus palabras fueron serias y yo sé que cuando yo llegue al final de mi jornada y este de pie ante el Salvador, yo quiero saber que he invertido mi vida sabiamente para la eternidad y he merecido las palabras de bienvenida del Salvador, "¡Hiciste bien, siervo bueno y fiel! En lo poco has sido fiel; te pondré a cargo de mucho más. ¡Ven a compartir la felicidad de tu Señor!"
Ya sea que vivamos por cuarenta, ochenta, o cien años, nuestro tiempo aquí en la tierra es solo una gota en el océano en comparación con la eternidad. Y como dijo Amy Carmichael, "Tenemos toda la eternidad para celebrar las victorias, pero solo unas cuantas horas cortas para pelar y ganar las batallas." Así que, ¡sigamos atreviéndonos grandemente para Dios!
Oración sugerida: "Querido Dios, en rendición contento yo entrego mi vida totalmente a ti. Ayúdame a siempre vivir para Ti e invertir mi vida sabiamente en la eternidad siendo parte de lo que tú estás haciendo en el mundo hoy. Gracias por escuchar y contestar mi oración. Te agradezco. En el nombre de Jesús, amen."
- 2 Timoteo 4:7.
- Theodore Roosevelt.
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