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Encuentros Diarios
Septiembre 17, 2019
Dichosos Los Que Lloran – Segunda Parte
" El Señor ha dado; el Señor ha quitado. ¡Bendito sea el nombre del Señor! A pesar de todo esto, Job no
pecó ni le echó la culpa a Dios."1
Terminamos el
devocional de ayer con la forma en que Dios me permitió relacionarme con Job de
maneras que nunca había pensado. Hoy vamos a ver algunos de los puntos que Dios
me recordó.
Primero, Dios no permitió todas estas cosas en la
vida de Job para castigarlo por su desobediencia. Más bien, Dios lo permitió
debido a la fidelidad de Job. Dios le dice a Satanás:" ¿Te has
puesto a pensar en mi siervo Job? No hay en la tierra nadie como él; es
un hombre recto e intachable, que me honra y vive apartado del mal."2
Dios utiliza cada situación en nuestra vida para ser un testimonio.
Cuando buscamos fielmente a Dios, nos convertimos en una amenaza para el diablo y él ve la necesidad de atacarnos. Si no sufrimos ataques,
¡quizás deberíamos preocuparnos!
Segundo, Dios tuvo que darle permiso a Satanás para
tocar a Job. La Biblia dice: "El Señor le dijo a Satanás: "Muy bien. Todas
sus posesiones están en tus manos, con la condición de que a él no le pongas la
mano encima."3 Después, Satanás pide permiso para
tocar su piel, y Dios le da permiso, pero le dice a Satanás que le deje la
vida. Dios tiene un
control total de nuestras vidas incluso cuando sentimos que todo está fuera de
control. Como dice Romanos 8:28, "Ahora bien,
sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito."
Nada puede tocarnos a menos que Dios lo permita, y si lo permite, puedes estar
seguro de que es para un
propósito.
Tercero, Job mantuvo su integridad. En Job 2:9 su
esposa le dice: "¿Todavía mantienes firme tu integridad? ¡Maldice
a Dios y muérete!” La respuesta de Job es sencilla pero poderosa. Job
responde en el versículo 10: "Mujer, hablas como una necia. Si de
Dios sabemos recibir lo bueno, ¿no sabremos recibir también lo malo?" Aunque
tal vez no entendamos lo que Dios está haciendo o por qué está permitiendo el
dolor, es importante recordar todas las bendiciones y no sólo las luchas. Dios
es bueno. Dios es Dios y nosotros somos Sus hijos. Durante los 5 meses que
llevé a mi hijo en mi vientre, me encontré a menudo diciéndole a Dios: "Aunque
esto me duela, te sigo amando. No puedo hacer esto sola."
Cuando seguimos honrando a Dios en medio de las pruebas, Dios se da a
conocer en maneras poderosas.
Mañana
concluiremos esta serie sobre el luto.
Oración
sugerida: "Querido Dios, en tiempos de dolor y sufrimiento, permítame
saber que aun estas en control. Ayúdame a creer que si estás permitiendo esto
en mi vida, es para un propósito. Elijo seguir honrándote mientras espero el
resultado. Gracias por escuchar y responder a mi oración. En el nombre de
Jesús. Amén."
Job 1:21-22 (NIV).
Job 1:8 (NIV).
Job 1:12 (NIV).
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