|
Encuentros Diarios
Julio 03, 2023
Obediencia Genuina
"¿Qué les parece? —continuó Jesús—. Había un hombre que tenía dos hijos. Se dirigió al primero y le pidió: ‘Hijo, ve a trabajar hoy en el viñedo’. ‘No quiero’, contestó, pero después se arrepintió y fue. Luego el padre se dirigió al otro hijo y le pidió lo mismo. Este contestó: ‘Sí, señor’; pero no fue. ¿Cuál de los dos hizo lo que su padre quería? —El primero —contestaron ellos. Jesús les dijo: —Les aseguro que los recaudadores de impuestos y las prostitutas van delante de ustedes hacia el reino de Dios. Porque Juan fue enviado a ustedes a señalarles el camino de la justicia, y no le creyeron, pero los recaudadores de impuestos y las prostitutas sí le creyeron. E incluso después de ver esto, ustedes no se arrepintieron para creerle."1
En el pasaje anterior, vemos a Jesús, una vez más, en diálogo con los líderes judíos. Después de que los líderes habían cuestionado la autoridad por la cual Jesús actuó, Jesús les da la vuelta a las tablas para, una vez más, resaltar una verdad importante. Jesús siempre va directamente a la raíz, que en este caso fue la incredulidad de los líderes judíos. El punto que Jesús estaba haciendo en este pasaje es bastante claro. Leemos cómo el primer hijo inicialmente se niega a obedecer, pero luego lamenta su decisión y obedece después de todo. Por otro lado, vemos cómo el segundo hijo declara que su obediencia inmediatamente, sin embargo, no lo lleva a cabo.
Declarar verbalmente nuestra obediencia es muy diferente a ser obedientes con nuestras acciones. Al igual que el primer hijo tiene un cambio de corazón y elige obedecer a su Padre después de haber dicho inicialmente que no, nuestra obediencia genuina sigue nuestro cambio interior de corazón. En Proverbios 21:2 se nos recuerda que "A cada uno le parece correcto su proceder, pero el Señor juzga los corazones." No hay nada que engañe a Dios cuando se trata de este asunto de obediencia. Puede ver a través de nuestras palabras y ver el verdadero motivo de nuestro corazón.
En Mateo 15:8 leemos: "Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí." Te animo, mi querido lector, a examinar tu corazón. ¿Estamos diciendo todas las cosas correctas y fingiendo obedecer la voluntad de Dios por nuestras vidas? ¿O realmente estamos permitiendo que Dios cambie nuestro corazón día a día, lo que conducirá entonces a una obediencia genuina? Dios requiere más que palabras vacías. Está buscando personas que se sometan de todo corazón a Su voluntad y obedezcan Su Palabra. Entonces podemos ser utilizados por Dios.
Oración sugerida: Querido Dios, pido que me muestres áreas de mi vida en las que no estoy siendo genuinamente obediente a ti. No quiero ofrecerte palabras vacías, sino ser prueba viviente del trabajo que estás haciendo en mí a través de mis acciones de obediencia. Gracias por tu perdón y la oportunidad de empezar de nuevo cuando fracasemos. Te agradezco por tu amor incondicional. En el nombre de Jesús, amén.
Mateo 21:28-32 (NVI).
El Encuentro de hoy fue escrito por: Crystal B.
|
|