|
Encuentros Diarios
Abril 01, 2021
Un Ejemplo Que Seguir
"Después
de lavarles los pies, se puso otra vez el manto, se sentó y pregunto: ¿Entienden
lo que acabo de hacer? Ustedes me llaman ‘Maestro’ y ‘Señor’ y tienen razón,
porque es lo que soy. Y, dado que yo, su Señor y Maestro, les he lavado los
pies, ustedes deben lavarse los pies unos a otros. Les di mi ejemplo para que
lo sigan. Hagan lo mismo que yo he hecho con ustedes. Les digo la verdad, los
esclavos no son superiores a su amo ni el mensajero es más importante que quien
envía el mensaje. Ahora que saben estas cosas, Dios los bendecirá por hacerlas.”1
Ni siquiera
puedo comenzar a imaginar todos los pensamientos y sentimientos que Jesús
estaba experimentando en el pasaje anterior. En el primer versículo de Juan 13
leemos: "... Jesús sabía había llegado su momento para dejar este mundo y
regresar a su Padre. Había amado a sus discípulos durante el ministerio que realizo
en la tierra y ahora los amo hasta el final." A pesar de sus sentimientos,
Él los dejó desinteresadamente a un lado en este momento y se centró en su
propósito. Quería aprovechar cada momento con sus discípulos para enseñarles, por
hechos, lo que parecía ser un seguidor de Jesús. No sólo modeló activamente una
vida de servicio para ellos, sino que también quería asegurarse de que lo
entendieran y lo hicieran. No quería que tuvieran ninguna excusa para no servir
a los demás. Jesús paso cada momento hasta su muerte sirviendo y bendiciendo a
los demás. Qué hermoso ejemplo de amor.
Esto me llevó
a pensar en mi vida. Cuando encuentro circunstancias indeseables en la vida,
muchas veces lo último en lo que pienso es servir o bendecir a los demás a
través de ella. ¡A veces prefiero evitar interactuar con otras personas hasta
que pase el estrés! Pero al hacer esto, echo de menos las bendiciones que Dios
tiene para mí. Imaginen el impacto que nuestro testimonio podría tener si nos
centramos en nuestro propósito en lugar del problema. Amar y servir a los demás
a través de nuestros problemas o momentos estresantes es evidencia de nuestra
fe y confianza en Dios.
Sin embargo,
todos tendremos días malos y a veces tendremos que tomarnos un tiempo solos
para procesar y orar. Eso fue lo que Jesús hizo cuando fue a orar a Getsemaní.
Llegó un momento en que dijo a sus discípulos: "Mi alma está destrozada de
tanta tristeza, hasta el punto de la muerte. Quédense aquí y velen
conmigo." Luego va un poco más lejos para estar a solas con su Padre.2
Aun en eso nos enseñó... cuando nos abrumen las circunstancias o no sepamos qué
hacer, vayamos al Padre.
Que las
Escrituras de hoy sean un recordatorio y de ánimo para que sigamos activamente
a Jesús haciendo lo que él nos enseñó a hacer.
Oración
sugerida: Querido Dios, gracias por el ejemplo de amor que nos diste en Jesús.
Te pido que me ayudes a hacer las cosas que nos enseñaste a hacer. Servir y
amar a los demás era el propósito de Jesús hasta la cruz. Incluso cuando sabía
que sería traicionado, no dejó que eso lo distrajera de hacer lo que tenía que
hacer. Pido que, como Jesús, me centre en mi propósito más que en mis
problemas, y cuando me sienta abrumado, que vaya a ti en oración y confié en
que tu voluntad y tus planes son buenos. Gracias por escuchar y responder a mi
oración. En el nombre de Jesús, amén."
Juan
13:12-17 (NTV). Mateo
26:36-46.
|
|