Encuentros Diarios
Abril 12, 2021
¿Ya Llegamos?
"Pues
los sufrimientos ligeros y efímeros que ahora padecemos producen una gloria
eterna que vale muchísimo más que todo sufrimiento. Así que no nos fijamos en
lo visible, sino en lo invisible, ya que lo que se ve es pasajero, mientras que
lo que no se ve es eterno."1
Si alguna vez
has recorrido alguna cantidad de distancia con un niño, entonces has escuchado
la frase siempre repetida "¿Ya llegamos?". La mente de un niño
todavía no puede comprender la distancia o el destino, por lo que todos los
paseos en coche parecen tomar un tiempo largo que les hace impacientarse. No
saber lo que les espera podría parecer un sufrimiento que se ven obligados a
soportar; sin embargo, ¡la espera se vuelve aún más insoportable cuando
realmente entienden que el destino es un lugar emocionante que han estado
anhelando!
Como
cristianos, nosotros también estamos viajando hacia un destino emocionante – ¡nuestro
Hogar Celestial! El apóstol Pablo lo entendió bien y describió nuestros viajes
por el camino de la vida como una "ligera aflicción momentánea" que
nos está preparando para una gloria más allá de toda comparación. Habrá
momentos en nuestro viaje terrenal en los que nos impacientemos, y las
circunstancias pueden parecer demasiado difíciles de soportar. Nuestras
frustraciones podrían llevarnos a preguntar: "Señor, ¿ya llegamos?".
Pablo nos reta a recordar que estas cosas son 'transitorias' y pasarán. Podemos
levantar los ojos hacia el camino por delante y cantar: "Este mundo no es
mi hogar, de pasada voy". Nuestro destino es Eterno y aunque no podemos
ver lo que nos espera, ¡nos espera una gloria eterna que vale muchísimo más de
lo imaginado!
Oración
sugerida: Querido Padre Celestial, viajar por las carreteras de la vida puede
hacerme sentir cansado y ansioso. Gracias por recordarme que esto es
"momentáneo" y que me estás preparando para un "una gloria eterna".
Espero con ansias ese día en que ya no preguntaré '¿Ya llegamos?' porque habré
llegado a mi destino eterno contigo. En el nombre de Jesús, Amén.
2
Corintios 4:17-18.
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