|
Encuentros Diarios
Mayo 27, 2021
Sólo respira
"Estad
quietos, y conoced que yo soy Dios..."1
Si alguna vez
ha pasado alguna cantidad de tiempo conduciendo en una autopista del sur de
California, entonces, probablemente esté familiarizado con los términos
"Hora Pico" y "Furia vial". Estos términos suelen ir de la
mano porque es durante "Hora Pico", cuando todo el mundo está
literalmente corriendo a llegar a
casa después de un largo día, que nos encontramos con automovilistas que atraviesan
los carriles en la posible búsqueda de algo de paz en casa. Estos momentos no
suelen sacar lo mejor de nosotros, y nos encontramos sintiendo que un poco de
esa rabia comienza a surgir. Es bastante fácil sentirse estresado e incluso
abrumado durante estos tiempos de conducción porque todo el mundo a tu
alrededor parece estar en una carrera contra el tiempo; una batalla por el
camino.
En su contexto
original, Salmos 46:10 es un relato de Dios diciendo a las naciones
beligerantes que "se estuvieran quietos”, dejen de luchar, dejen de
luchar y reconozcan que yo soy Dios, exaltado entre las naciones. Estas mismas
palabras fueron utilizadas más tarde en las Escrituras por Jesús para calmar
los vientos furiosos y el mar. En un momento en que los apóstoles sintieron la
rabia de la tormenta que se les venía sobre ellos, Jesús pronunció estas
palabras para dar a conocer una vez más Su poder y autoridad. (Marcos
4:37-41)
Ya sea que nos
encontremos luchando contra el tiempo- donde nunca parecemos tener suficiente
de él y siempre estamos corriendo tarde o los plazos se avecinan sobre
nosotros; ya sea una tormenta financiera en la que estamos y nos sentimos
abrumados por las olas de facturas o pagos debidos y simplemente no podemos
permanecer a flote, esa autopista de repente se convierte en una metáfora de
nuestras vidas en la que estamos constantemente corriendo o luchando
para estar en un lugar donde podemos recuperar el aliento. Es precisamente en
este momento cuando tenemos que pisar el freno de nuestras vidas y reducir la
velocidad. Es ahora que necesitamos respirar hondo y reconocer a nuestro Señor diciéndonos:
"Esten quietos. ¡Reconozcan
que tengo el control y toda la prisa que llevan no es para nada porque seré
exaltado! Sólo respira".
Oración
sugerida:
Querido Señor Poderoso,
mientras la vida se apresura y se enfurece a mi alrededor ayúdame a recordar
que sobre todo el ruido que allí estas. Ya has ganado la victoria en las
batallas que, en mi opinión, buscan derrotarme. Vengo a ti hoy para encontrar
descanso. Por favor, lléname de tu paz. En nombre de Jesús, Amén.
Salmos
46:10.
|
|