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Encuentros Diarios
Junio 21, 2021
La fidelidad de un padre
"El
Señor tu Dios marcha al frente y peleara por ustedes, como vieron que lo hizo
en Egipto y en el desierto. Por todo el camino que han recorrido, hasta llegar
a este lugar, ustedes han visto como el Señor su Dios los ha guiado, como lo
hace un padre con su hijo."1
David
Kraft era un hombre grande y fuerte, todo músculo. A la edad de 32 años, midió
seis pies, dos pulgadas de alto y pesaba 200 libras. Había estado en seminario
y terminó trabajando con la Comunidad de Atletas Cristianos, debido a su
formación atlética.
Luego
le diagnosticaron cáncer. Le sacudió el cuerpo, y con el tiempo, bajó de 200
libras a 80 libras.
Cuando
estaba a punto de pasar de esta vida a la eternidad, le pidió a su padre que
entrara en su habitación del hospital. Acostado en la cama, miró hacia arriba y
dijo: "Papá, ¿recuerdas cuando era un niño pequeño cómo solías sostenerme
en tus brazos cerca de tu pecho?"
El
padre de David asintió con la cabeza. Entonces David dijo: "¿Crees, papá,
que podrías hacer eso una vez más? ¿Una última vez?"
Una
vez más, su padre asintió con la cabeza. Se inclinó para recoger a su hijo de
32 años, seis pies, dos pulgadas y 80 libras, y lo sostuvo cerca de su pecho,
de modo que la cara del hijo estuviera justo al lado de la cara del padre. Las
lágrimas corrían por ambas caras, y el hijo le dijo a su padre: "Gracias
por construir el tipo de carácter en mi vida que me puede permitir enfrentar
incluso un momento como este".
Vivimos
en un mundo lleno de pecado y, inevitablemente, nuestros hijos enfrentarán muchos desafíos en el camino. Sin embargo,
ahí es donde interviene un Padre. En su papel, como líder en el hogar, Dios le
ha dado la oportunidad de invertir en la
construcción del carácter de sus hijos e inculcarles
los caminos del Señor. Si les damos a nuestros
hijos una base firme, puesta en Cristo, entonces podemos confiar en que serán
capaces de enfrentar lo que venga en su camino. Puede que no podamos evitar que
experimenten dolor y dificultades, pero podemos asegurarles que nunca
enfrentarán estas pruebas solos porque Jesús siempre está con ellos, y como
padres humanos, los amaremos y los llevaremos en los brazos también.
Oración
sugerida: Querido Padre Celestial, permíteme ser un ejemplo de Ti para mis
hijos. Dame la fuerza para invertir en el desarrollo de su carácter y
establecer una base firme construida sobre ti. Deja que mi vida demuestre
activamente la paz, la alegría, el amor y la fuerza que proviene de poner
nuestra confianza y esperanza en ti. Te pido que sea lo que sea que mis hijos
enfrenten en esta vida, que los sostengas tal como me has sostenido a mí.
Gracias por escuchar y responder a mi oración. En el nombre de Jesús, amén.
Deuteronomio
1:30-31 (NVI).
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