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Encuentros Diarios
Agosto 03, 2021
Un desastre hermoso: El hombre ciego
"Si es pecador, no lo sé. Lo único que se es que
yo era ciego y ahora veo.”1
Juan 9 cuenta la historia de un hombre que había
nacido ciego. A los ojos de muchos en esos días, el pecado y el sufrimiento
estaban conectados, así que cuando Jesús y sus discípulos se encuentran con él,
la primera pregunta que los discípulos hacen es "¿Quién pecó, este hombre
o sus padres, que nació ciego?"2 El sufrimiento era visto como un castigo por hacer
lo que estaba mal ante Dios. Sin embargo, la respuesta de Jesús a sus
discípulos en el siguiente versículo no sólo desafía esta visión errónea, sino
que nos da una nueva manera de ver el sufrimiento. Jesús dijo, "Ni el peco
ni sus padres, sino que esto sucedió para que la obra de Dios se hiciera evidente
en su vida."3 Jesús desafió a sus discípulos a buscar a Dios en
medio del sufrimiento.
Es interesante ver la reacción que el ciego recibió de
otros después de ser sanado. Cuando sus vecinos lo ven, le preguntan qué pasó
que ahora puede ver, por lo que les dice a todos que Jesús hizo. Pero en lugar
de ser felices por él y celebrar la obra de Dios, lo llevan a los fariseos para
ver si pueden dar algún sentido a todo esto. ¿Y qué es lo primero que dicen
algunos de los fariseos? "Este hombre no es de Dios, porque no respeta el
sábado". ¡Siento que a Jesús le gustaba sanar a la gente en el día de
reposo porque sabía cuánto molestaba a los fariseos!
Los fariseos cuestionaron al ciego, a sus padres, y
luego llamaron al ciego por segunda vez tratando de que confesara que Jesús era
un pecador, que es donde vemos su respuesta en el versículo principal de las
Escritura de hoy. ¡Todo lo que este hombre sabía era que estaba ciego y ahora
podía ver! Este hombre se pone valiente y en el versículo 30 les dice a los
fariseos: "¡Allí esta lo sorprendente! Que ustedes no sepan de donde salió,
y que a mí me haya abierto los ojos. Sabemos que Dios no escucha a los
pecadores, pero si a los piadosos y a quienes hacen su voluntad... si este
hombre no viniera de parte de Dios, no podría hacer nada". ¡Me hubiera
encantado estar allí para presenciar esto! ¡Los fariseos se enojaron tanto después
de eso, que lo echaron a la calle!
Los fariseos estaban muy educados cuando se trataba de
la ley de Moisés, pero estaban completamente ciegos al amor y la gracia de
Dios. Estaban tan establecidos en sus caminos, que no podían comenzar a
comprender la asombrosa obra de Dios entre ellos. Sin embargo, lo más probable
es que este ciego hubiera sido juzgado toda su vida debido al "pecado"
que él o sus padres habían hecho supuestamente para merecer su castigo. Él no
conocía toda la ley, pero fue capaz de ver a Jesús claramente y experimentar la
gracia de Dios de una manera tan asombrosa.
Si estás experimentando sufrimiento en este momento,
busca a Dios en medio de él. No es fácil de hacer, pero confía en que Dios está
obrando. Y si usted es un observador del sufrimiento de alguien, recuerde que
la gracia y el amor de Dios van más allá de nuestro entendimiento. Sé un
animador y sé como Jesús para los que te rodean. No dejemos que nuestro propio
conocimiento se interponga en el camino de la obra que Dios de la cual quiere
que seamos parte.
Oración sugerida: Querido Dios, a veces es fácil ver
las cosas a través de nuestro entendimiento limitado y perder el plan más
grande que estás obrando. Vemos el desorden de otras personas e inmediatamente
sentimos la necesidad de darle sentido o arreglarlo. Abre mis ojos a tu
voluntad en cada situación. Y cuando el sufrimiento llegue a mi vida, ayúdame a
buscarte en medio de ella y confiar en que me amas y caminas conmigo siempre.
Gracias por escuchar y responder a mi oración. En el nombre de Jesús, amén.
Juan
9:25 (NVI). Juan
9:2. Juan
9:3.
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