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Encuentros Diarios
Agosto 05, 2021
Un desastre hermoso: Pedro
"Cuando Simón Pedro se dio cuenta de lo que había sucedido, cayó de
rodillas delante de Jesús y le dijo: 'Señor, por favor, aléjate de mí; soy un
hombre tan pecador.'... Jesús respondió a Simón: '¡No tengas miedo! ¡De ahora
en adelante, pescaras personas!’". Y, en cuanto llegaron a tierra firme,
dejaron todo y siguieron a Jesús".1
Pedro es una de las grandes historias de una vida cambiada en la Biblia.
Originalmente se llamaba Simón, pero Jesús cambió su nombre a Pedro, que
significa "roca". Si has leído sobre Pedro, sabes que este nombre le
queda bien. Ser pescador de profesión significaba que era brusco, descuidado, y
probablemente mal hablado. También era conocido por tener un temperamento
bullicioso. Incluso después de elegir seguir a Jesús, Pedro era a menudo
conocido por actuar impulsivamente, pero su carácter fuerte era beneficioso
cuando se trataba de seguir a Jesús. Cuando Jesús dijo, "sígueme",
Pedro no pensó dos veces antes de dejar todo lo que tenía y seguir a Jesús. Su jornada
como discípulo de Jesús no siempre fue fácil, y aunque Pedro dijo que estaba
dispuesto a morir por Jesús, le negó a Jesús tres veces en el arresto y juicio
de Jesús.
Incluso con todo su desorden, Pedro fue el primero en predicar en el día
de Pentecostés después de la venida del Espíritu Santo. Él realmente fue uno de
los apóstoles más audaces de todos. Voluntariamente sufrió persecución,
encarcelamiento, palizas, e incluso se regocijó por el hecho de que era digno
de sufrir desgracia por causa del Señor (Hechos 5:41). Se ha dicho que Pedro
fue crucificado boca abajo porque se sentía indigno de ser crucificado de la misma
manera que Jesús. Pasó de ser arrogante e impulsivo, entre otras cosas, a ser
un siervo humilde, dispuesto y obediente del Señor hasta la muerte. Se regocijó
sabiendo que se reuniría con su Amigo y Salvador, Jesús.
La historia de Pedro es una historia de transformación y esperanza.
Estoy seguro de que ser un discípulo de Jesús nunca cruzó su mente mientras
estaba trabajando en el mar. Probablemente pensó que ese era el alcance de sus
habilidades. Él sabía que era un hombre pecador y era indigno del amor de
Jesús, pero el momento en que eligió seguir a Jesús fue el momento en que su
vida cambió para siempre. Jesús vio algo en él que tal vez nadie más veía y le
dio la oportunidad de hacer grandes cosas.
Esta es la misma forma en que Jesús se siente acerca de nosotros
también, mi amigo. Cuando elegimos seguir a Jesús, él no ve todo lo malo que
hemos hecho o lo indignos que somos, sino que nos ve a través de su sangre. Él
ve nuestro potencial y nos usará para hacer grandes cosas también si estamos
dispuestos.
Oración sugerida: Padre Celestial, reconozco que soy un pecador e
indigno de ser llamado tu hijo. Sin embargo, me amaste tal como soy y elegiste
enviar a tu Hijo, Jesús, a pagar el precio para lavar mis pecados y
restaurarme. Elijo seguirte y estoy disponible para ser utilizado por ti para
tu gloria. Gracias por ver lo mejor en mí cuando no puedo ver más allá de mis
fracasos. Te amo, Señor. En el nombre de Jesús, amén.
Lucas 5:8, 10-11 (NTV).
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