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Encuentros Diarios
Septiembre 14, 2021
Su aliento
"Luego el Señor Dios formo al hombre del polvo de la tierra. Soplo
aliento de vida en la nariz del hombre, y el hombre se convirtió en un ser
viviente."1
"El Espíritu de Dios me ha creado, y el aliento del Todopoderoso me
da vida."2
Cuando la pandemia del Covid-19 nos golpeó el año pasado, los medios de
comunicación nos alertaron con todos los síntomas que rodean al virus (fiebre,
tos, pérdida del gusto y el olfato, dificultad para respirar, etc.). Vimos
imágenes en las noticias de muchos en el hospital conectados a oxígeno y
ventiladores. Escuchamos el testimonio personal de amigos y familiares de sus
propios síntomas. La falta de oxígeno parecía ser el síntoma más debilitante.
La respiración, que viene naturalmente, se volvió muy difícil para algunos, y de
repente nos dimos cuenta de cómo algo tan natural se da por sentado fácilmente.
La respiración, sin embargo, es mucho más que el oxígeno que fluye
dentro y fuera de nuestros pulmones. La Biblia dice que cuando Dios formó al
hombre del polvo de la tierra, le insupló vida. ¡Fue el propio aliento de Dios
lo que le dio vida!
Una canción de adoración popular exclama las palabras: "Es TU
aliento en nuestros pulmones, así que derramamos nuestra alabanza solo a TI
...". ¡Dios nos insupló vida para que nosotros a su vez lo alabemos!
Fuimos creados para alabar a nuestro Creador, no solo para inhalar y exhalar,
sino para que, con cada respiración, cantemos alabanzas a nuestro Dios y Salvador.
¡El rey David alabó a Dios al cantarle que Su "amor inagotable" era
incluso mejor que la vida misma! (Ps. 63:3)
Después de la resurrección de Jesús, se apareció a sus discípulos y los
llenó con el Espíritu Santo al respirar sobre ellos. (Juan 20:22) ¿Nos tomamos
el tiempo para alabar a Dios con cada respiración? ¿Pasamos tiempo con Jesús,
acercándonos tanto a Él que podemos sentirlo respirando el Espíritu Santo en
nuestras vidas? El aliento de Dios es vida– ¡respira hondo y deja que Él te
llene hoy!
Oración sugerida:
Querido Dios Todopoderoso, estoy aquí en esta tierra con aliento en mis
pulmones con el único propósito de alabárte. Eres tan amoroso y amable.
Enviaste a tu Hijo a morir una muerte cruel para concederme el perdón de mis
pecados para que pudiera tener el privilegio de pasar la eternidad en tu
presencia. Gracias por tu aliento que da vida a estos huesos secos. Mi corazón
clama tu grandeza. En el Santísimo nombre de Jesús, Amén.
Genesis 2:7. Job 33:4. "Grande eres tú,
Señor", canción de “Todos los Hijos e Hijas”.
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