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Encuentros Diarios
Noviembre 12, 2021
Acción de Gracias: Zacarías y Elisabet
"Sus vecinos y parientes
se enteraron de que el Señor le había mostrado gran misericordia, y compartieron
su alegria."1
La historia del
nacimiento de Juan el Bautista (Lucas 1:5-80) no es una historia probable de
agradecimiento, pero nos enseña una gran lección sobre cómo debemos "dar
gracias en todas las circunstancias" (1 Ts. 5:18).
Zacarías y Elisabet
eran siervos fieles del Señor y, sin embargo, Dios había escogido retenerles la
bendición de la paternidad. Su historia comienza en la última parte de sus
vidas, y están bien envejecidos cuando el Ángel del Señor se le aparece a
Zacarías diciéndole que ahora el Señor los bendecirá con un hijo. En el
Antiguo Testamento, Sara, de 90 años, se rió al recibir la misma noticia.
Entonces, puedo imaginar la conmoción de Zacarías: "¡Pues, no quiero sonar
ingrato, pero SOMOS VIEJOS!" El Mensajero
Celestial estaba buscando una respuesta específica. Un simple
"Gracias" podría haber sido suficiente. ¡Pero debido a que Zacarías
interrogó al Señor, fue puesto en "tiempo de silencio" hasta el
nacimiento de su hijo!
Demasiadas veces
oramos y le pedimos cosas al Señor, sin esperar realmente que Él responda. Y
cuando se demora en responder, simplemente asumimos que se le "olvidó".
Entonces, cuando finalmente elige bendecirnos con nuestra petición, en nuestra
sorpresa nos olvidamos de estar agradecidos; no es que no estemos agradecidos,
podemos simplemente olvidarnos de pronunciar las palabras. Zacarías y Elisabet
esperaron mucho tiempo a que el Señor respondiera a su oración, y cuando lo
hizo, ¡los bendijo con uno de los hombres más grandes que caminaron por esta
Tierra!
El agradecimiento es
una actitud contagiosa. Vemos esto en Zacarías y los vecinos de Elisabet,
cuando escucharon su noticia, "¡compartieron su alegría"! Hoy en día
la gente piensa tener el derecho de las cosas, y el mundo carece de gratitud.
No te arriesgues a que te pongan en "tiempo de silencio" por ser desagradecido.
Seamos agradecidos hoy, por las cosas grandes y pequeñas, para que nuestro
agradecimiento se contagie a los demás y puedan estar llenos de alegría.
Oración sugerida:
Querido Señor, me has
dado tanto. Tengo la culpa de olvidarme de estar agradecido. Puede que me
olvide de agradecerte por la comida que tengo ante mí u olvidarme de mostrar mi
gratitud cuando elijas bendecirme con algo que he anhelado. Mi corazón siempre
está agradecido, solo necesito recordar decir las palabras. ¡Gracias, Señor!
Agradecido, en el nombre de Jesús, Amén.
Lucas
1:58 (NVI).
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