|
Encuentros Diarios
Febrero 22, 2022
El amor no se enoja fácilmente
"El amor es
paciente y bondadoso. El amor no es celoso ni fanfarrón ni orgulloso ni ofensivo.
No exige que las cosas se hagan a su manera. No se irrita…"1
Un joven dejó a su
empleador, un comerciante de madera, y comenzó un negocio en oposición a él.
Durante un tiempo, prosperó mucho y recibió muchos pedidos que habrían ido a la
empresa que había dejado. Pero justo cuando su negocio parecía estar más
floreciente, y tenía más pedidos de los que podía suministrar, un gran incendio
en su patio destruyó toda su madera. El día después del incendio, vio a su
antiguo empleador acercarse a su oficina, y dijo: "Podría haberlo odiado,
porque pensé que venía a regodearse por mi desgracia. Pero vino a mí como un
amigo necesitado y me dijo: "Sé que estás contratado para suministrar
madera a tus clientes en ciertas fechas, y este desafortunado incendio hace que
sea imposible para ti hacerlo. Pero mi aserradero está a su disposición. Puedes
tener lo que necesitas y pagarme a tu propia conveniencia. Tu negocio puede
continuar como de costumbre". El joven se sintió abrumado por esta acción;
el odio que había sentido dio lugar al amor.2
El amor es el regalo
de Dios para nosotros, pero también es uno de Sus mayores atributos. 1
Corintios 13 nos ha ayudado a ver cómo es el amor, pero también cómo no se ve.
El amor no se enoja fácilmente. La Palabra de Dios nos enseña que la ira en sí
misma no es pecaminosa, sino que es cuando actuamos en consecuencia que nuestra
ira se convierte en pecado. Cuando la ira no está contenida, podemos hacer y
decir fácilmente cosas de las que luego nos arrepentimos. Las relaciones se
lastiman, las amistades se arruinan y muchas veces no hay remedio para nuestras
acciones. A menudo son las personas que amamos las que están heridas por
nuestra ira.
Recuerdo haber
escuchado una vez que "Recuperar palabras hirientes es como salir por la
noche y colocar una pluma en la puerta de cada una de las casas de nuestros
vecinos, y por la mañana regresar y reunir a cada uno nuevamente. No es
probable que podamos recolectar cada pluma, ya que algunos podrían ser
arrastrados por el viento, o pisoteados y arruinados". Del mismo modo, es
muy difícil recuperar nuestras acciones de enojo.
En lugar de tratar de
nunca enojarnos, la Biblia nos insta a ser "lentos para enojarnos"
(Santiago 1:19). Dios mismo es lento para la ira, pero también "abunda en
Amor" (Salmo 86:15) demostrando Su amor paciente y "no fácilmente
enojado" por nosotros.
Oración sugerida:
Querido Señor, estoy
muy agradecido de que tu paciencia conmigo sea grande. Concédeme la capacidad
de tener el tipo de amor que no se enoja fácilmente. Ayúdame a ser indulgente y
amable con mis palabras y acciones. En el nombre misericordioso de Jesús, Amén.
1
Corintios 13:4-5 (NTV). www.sermoncentral.com
|
|